En su conferencia matutina, el presidente de la República fue cuestionado sobre si tomará alguna acción tras los señalamientos que involucran a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública. El mandatario respondió con firmeza que no realizará ninguna acción, pues considera que dichos señalamientos provienen de una postura «desesperada» por parte de ciertos sectores. Subrayó que quienes en su momento apoyaron a García Luna, como Felipe Calderón, la embajada de Estados Unidos en México, la DEA y el Departamento de Estado, deberían ser los primeros en defenderlo, pero hoy lo han dejado solo.
El presidente destacó que, desde su perspectiva, estas acciones son intentos inútiles para debilitar su gobierno. Aseguró que lleva años enfrentando a diversas «mafias» y que no cederá ante estos embates. Aprovechó la ocasión para hacer un llamado a los jóvenes, reiterando que la política es un «apostolado» en el que deben prevalecer los principios e ideales.
Al ser cuestionado fuera de micrófono sobre la razón detrás de la amplia difusión mediática de los señalamientos contra García Luna, el presidente afirmó que ciertos medios están molestos porque no esperaban que se consolidara la primera etapa de su proyecto de transformación. Añadió que lo que buscan es un presidente «pelele» o debilitado, uno que sea controlado por los poderes hegemónicos, tanto nacionales como extranjeros.
En su discurso, el mandatario mencionó a la DEA, así como a medios internacionales como The Wall Street Journal, The New York Times y The Financial Times, a los cuales acusó de intentar manipular a la opinión pública. Sin embargo, aseguró que esto no funcionará, ya que «el pueblo de México es muy consciente».
El presidente también aprovechó la ocasión para mostrar una gráfica que evidenciaba la composición del Senado durante el gobierno de Ernesto Zedillo, señalando que el PRI contaba con una abrumadora mayoría de 95 senadores. Acusó que el triunfo de Vicente Fox en el año 2000 fue resultado de un pacto con Zedillo, con el fin de simular un cambio político.
El mandatario recordó con orgullo cómo en 1997, siendo dirigente del PRD, rompió con el esquema bipartidista entre PRI y PAN, lo que permitió que su partido se convirtiera en la segunda fuerza política en la Cámara de Diputados.
Finalmente, criticó nuevamente a los medios, a los que acusó de alinearse con los poderes políticos y económicos, y recordó el contexto político de la sucesión presidencial de 1994, cuando fue asesinado el candidato del PRI, lo que permitió la candidatura de Zedillo. Concluyó señalando que la lucha por la transformación y el cambio necesario, especialmente en el Poder Judicial, continúa, y denunció una «asociación delictuosa» entre la delincuencia organizada y la de «cuello blanco».