Claudia Sheinbaum Pardo asumió la presidencia de México como la primera mujer en la historia del país en ocupar este cargo. Durante la ceremonia de toma de protesta, Sheinbaum dirigió un discurso al Congreso de la Unión y a la nación, donde delineó los principales ejes de su gobierno, marcando una continuidad con el proyecto de la Cuarta Transformación impulsado por su predecesor, Andrés Manuel López Obrador.
En su discurso, Sheinbaum destacó que su administración gobernará con un enfoque de «Humanismo Mexicano», nutrido por la esencia de los pueblos originarios y la historia del país. Subrayó su compromiso con la justicia social, prometiendo un gobierno sensible y cercano a la gente, enfocado en la protección de los derechos humanos y en la defensa de la dignidad nacional.
Uno de los puntos más significativos fue el anuncio de la continuidad de las «mañaneras», ahora denominadas «mañaneras del pueblo», que iniciarán a las 7:30 de la mañana, reafirmando la cercanía del gobierno con la ciudadanía. Además, la presidenta enfatizó que su gobierno garantizará la libertad de expresión, el respeto a la diversidad y el combate a la discriminación, así como la independencia del Poder Judicial, anunciando la intención de someterlo a un proceso de elección democrática.
Sheinbaum delineó una serie de compromisos, entre ellos, la creación de la primera Secretaría de las Mujeres, la promoción de una economía popular con estabilidad de precios y la consolidación de los Programas de Bienestar iniciados por López Obrador, tales como las pensiones universales y las becas para estudiantes. También destacó la importancia de la educación, proponiendo una expansión de la cobertura educativa y el fortalecimiento de las universidades públicas.
En términos de política exterior, la nueva presidenta afirmó que México mantendrá los principios de libre autodeterminación de los pueblos y la no intervención, destacando la defensa de la soberanía y la dignidad del país. «Nunca nos someteremos a intereses económicos, políticos o extranjeros; siempre trabajaremos por el interés supremo del pueblo y de la nación», subrayó Sheinbaum.
El discurso de Sheinbaum también incluyó compromisos específicos para el fortalecimiento del sistema de salud y la ampliación de la cobertura de los servicios médicos, con un enfoque en la atención domiciliaria para adultos mayores. Asimismo, se anunció la creación de un programa de reducción de trámites burocráticos, buscando digitalizar los servicios gubernamentales y facilitar el acceso a los ciudadanos.
El acto de toma de protesta estuvo cargado de simbolismo, con Sheinbaum mencionando que no llegaba sola a la presidencia, sino que «llegaban todas las mujeres de México». La presidenta llamó a la unidad nacional, enfatizando que su mandato busca superar las divisiones y llevar al país hacia un camino de paz y justicia social.
El discurso fue recibido positivamente por las autoridades presentes, incluida la presidenta del Congreso de la Unión, Ifigenia Martínez, quien lo calificó como «un discurso de nacionalismo y conocimiento». La ceremonia concluyó con el Himno Nacional y la participación de representantes de los diferentes poderes y sectores del país, subrayando la importancia del momento histórico para la política mexicana.
El inicio de la gestión de Claudia Sheinbaum marca la continuidad del proyecto político de la Cuarta Transformación, con una fuerte apuesta por la justicia social, la igualdad de género y el bienestar económico, bajo un liderazgo que busca consolidar un México libre, soberano y democrático.