Jesús Nos Toca y Transforma: Reflexiones del Padre Fajardo

by Enlace Noticias

En la homilía de este domingo, el Padre Julio César Fajardo Aguilar, rector del Templo de la Columna, ofreció una profunda reflexión centrada en la lectura del Evangelio y destacó cuatro puntos clave que invitó a la feligresía a llevar consigo: la importancia de escuchar, el toque sanador de Dios, el encuentro personal con Jesús, y la relación entre lo que escuchamos y lo que hablamos.

  1. Escuchar para ser libres

El Padre Fajardo comenzó su homilía subrayando el primer y más importante mandamiento que Jesús citó del Deuteronomio: «Shema Yisrael, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu fuerza, con toda tu alma, con todo tu ser». Resaltó que el primer mandato no es amar, sino escuchar, destacando que no se puede amar lo que no se ha escuchado. Fajardo enfatizó que escuchar es esencial para nuestra fe y para nuestra libertad. Sin la capacidad de escuchar, las personas no pueden ser verdaderamente libres. Citó un ejemplo personal de un encuentro en Texcoco, donde la falta de escucha llevó a una serie de malentendidos y estrés, ilustrando cómo la falta de atención puede llevarnos a la esclavitud.

  1. El toque sanador de Dios

En su segundo punto, el sacerdote habló sobre cómo Jesús sanó a un hombre sordo, poniendo sus dedos en los oídos del hombre y tocando su lengua con saliva. Esta acción, que puede parecer extraña, demuestra que Dios no tiene asco de nosotros y está dispuesto a tocarnos profundamente para sanarnos. Fajardo mencionó que este toque de Dios se manifiesta hoy en los sacramentos, donde Dios nos toca a través del agua, el aceite, el pan y el vino. Cada parte de nuestro ser ha sido tocada con amor y compasión por el Señor, resaltó.

  1. El encuentro personal con Jesús

El tercer punto de la homilía fue la necesidad de apartarnos del ruido y del bullicio para tener un encuentro personal con Jesús. El Padre Fajardo destacó la importancia de alejarse de las distracciones diarias, como las redes sociales y la publicidad, para poder escuchar la voz de Dios en el silencio. Invitó a los fieles a hacer oración no solo para pedir, sino también para escuchar lo que Dios tiene que decirles. «Cállense y escuchen», exhortó, enfatizando que el silencio es necesario para poder recibir las respuestas de Dios.

  1. Hablamos lo que escuchamos

Finalmente, el sacerdote abordó el poder de las palabras y cómo lo que escuchamos influye en lo que hablamos. Utilizó varios ejemplos, incluido el testimonio de un niño que aseguraba haber visto fantasmas, para ilustrar cómo nuestras palabras y creencias se forman a partir de lo que escuchamos. Fajardo destacó la importancia de alimentar nuestra mente y nuestro espíritu con palabras de verdad y de fe, recordando a los presentes que las palabras tienen el poder de sanar, perdonar y liberar.

Al concluir, el Padre Fajardo resumió los cuatro puntos principales: escuchar para ser libres, reconocer que Dios nos ha tocado con amor, buscar encuentros personales con Jesús, y ser conscientes de que hablamos lo que escuchamos. Reiteró que es Jesús quien puede abrir nuestros oídos y corazones, liberándonos de la esclavitud del pecado y el orgullo. En un llamado final, instó a los fieles a abrirse a la voz de Dios y permitir que sus vidas sean transformadas por su amor y su verdad.

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