Monseñor Armando Antonio Ortíz Aguirre, Obispo de Ciudad Lázaro Cárdenas, destacó la creciente violencia que afecta a la costa michoacana y parte de la costa guerrerense. Hasta hace algunos años, la región disfrutaba de una relativa tranquilidad, pero la situación ha cambiado drásticamente debido a la invasión de grupos del crimen organizado, particularmente del grupo Jalisciense, que ha comenzado a causar estragos en su diócesis.
Monseñor Ortíz Aguirre expresó su sorpresa ante el aumento de la violencia y la presencia de estos grupos, que han sustituido el trabajo de las autodefensas y policías comunitarios en la zona. “Nos sentimos impotentes, porque se denuncia, pero parece que la autoridad necesita actuar más en estos temas”, afirmó el obispo, quien instó a las autoridades a tomar medidas más efectivas para enfrentar esta crisis.
Llamado a la Acción y Construcción de Paz
Como parte de su labor pastoral, Monseñor Ortíz Aguirre hizo un llamado a la comunidad y a las autoridades para trabajar juntos en la construcción de la paz. “Es importante pedir por nuestras autoridades y colaborar con ellas en este proceso”, señaló. En este contexto, destacó el trabajo que ya se está realizando en la provincia a través de centros de escucha, donde se busca brindar consuelo y apoyo a las personas afectadas por la violencia.
El obispo también mencionó la colaboración de Cáritas de Morelia, que ha estado apoyando a los desplazados en la región, ayudándoles a reorganizar sus vidas y recuperar su libertad y paz. “Queremos escuchar más a las personas y proveer sus necesidades inmediatas”, agregó.
Iniciativas de Seguridad y Justicia
Monseñor Ortíz Aguirre destacó la existencia de la Mesa de Seguridad y Justicia en Lázaro Cárdenas, una iniciativa que busca fomentar la colaboración entre autoridades y la comunidad para abordar los problemas de seguridad. “Juntos, vamos trabajando en la construcción de la paz”, concluyó, reafirmando su compromiso con la comunidad en estos tiempos difíciles.
El obispo hizo un llamado a la solidaridad y al trabajo conjunto para enfrentar los desafíos actuales, enfatizando que la escucha y el acompañamiento son esenciales para restaurar la paz en la región.