Por: Pedro Hugo Montero
Ayer, el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, entregó apoyos económicos a través de programas destinados al trabajo y al fomento del empleo en la ciudad. Se asignaron 120 mil pesos a 86 cooperativas, cada una compuesta por 8 integrantes, lo que teóricamente equivaldría a 15 mil pesos por persona. Sin embargo, los servidores de la nación encargados de informar y orientar a los beneficiarios sobre cómo acceder a estos recursos han engañado a los solicitantes en varias ocasiones.
Hicimos un seguimiento exhaustivo del programa denominado «Economía Social de la Ciudad de México». En teoría, el programa es beneficioso ya que formaliza la constitución de sociedades cooperativas entre vecinos, familiares o amigos y ofrece:
- Recursos Financieros: Subvenciones o fondos monetarios para apoyar las actividades de las cooperativas.
- Servicios Técnicos y Asesoría: Asistencia para mejorar la gestión, administración y operaciones de las cooperativas.
- Capacitación: Programas de formación para fortalecer las capacidades de los miembros de las cooperativas.
Para acceder a estos apoyos, las cooperativas deben estar legalmente constituidas y registradas. Gran parte de los recursos asignados se destina a la formalización de las cooperativas y a la realización de actividades productivas que contribuyan al desarrollo económico y social. La capacitación gratuita ofrecida por el gobierno es una ventaja adicional.
El programa está diseñado para proporcionar un apoyo integral a las cooperativas, mejorando su gestión y operaciones mediante financiamiento, asesoría y capacitación. Sin embargo, parece que estos programas están más orientados a promover comportamientos que se alineen con los objetivos electorales del gobierno federal.
Primer Engaño: Trámite en línea que termina siendo presencial.
Aunque se supone que el trámite se puede realizar en línea mediante la “Llave CDMX”, en realidad predominan la burocracia y la corrupción. Cada cooperativa y sus integrantes deben asistir personalmente a una oficina en el centro de la ciudad. No hay citas programadas ni orden en el proceso. Si falta un integrante, la cooperativa no puede completar su trámite inicial, y en ese momento, aparecen “gestores”, que están coludidos con los servidores públicos, y ofrecen ayuda para continuar con la inscripción.
Segundo Engaño: Interpretación errónea de los apoyos
La narrativa oficial sugiere que los apoyos son a fondo perdido, casi como un regalo. Aunque esto puede ser cierto en parte, en realidad se trata de créditos que deben invertirse en servicios notariales para formalizar la cooperativa o en la compra de insumos para el proyecto económico. Los gastos deben estar validados con facturas digitales. Si un integrante no paga o se niega a hacerlo, puede afectar a toda la cooperativa y generar conflictos internos, e incluso llevar a que todos decidan no pagar. En tal caso, se cierran las puertas a otros programas. La ventaja para el gobierno es que puede controlar a pequeños grupos y hacerles creer que deben mostrar obediencia al régimen.
Tercer Engaño: Requisitos Fiscales y Control
Cada integrante de la cooperativa debe estar registrado ante el SAT para recibir el apoyo. A partir de ese momento, estará sujeto a auditorías y tendrá obligaciones fiscales. Aunque esto podría considerarse una medida de transparencia para el gobierno, no necesariamente lo es para el beneficiario. Si la cooperativa, con el apoyo de capacitación, tiene éxito económico puede solicitar un apoyo mayor el siguiente año, deberá demostrar su experiencia y registro. Sin embargo, esto implica que estará bajo la vigilancia constante del gobierno y podría verse obligada a participar en eventos o actividades adicionales para mantener el apoyo. De no hacerlo, corre el riesgo de perder los beneficios.
Evento de Entrega de Recursos
El evento de entrega de recursos resultó ser, en parte, una forma de convocar a los beneficiarios para asistir al Informe de Gobierno del Presidente López Obrador, programado para comenzar a las 10 de la mañana en el Zócalo. Lo que no se informó es que la duración de una conferencia mañanera puede oscilar entre 2 y 3 horas, lo que representa una carga adicional para los asistentes. ¿Vale la pena todo ese viacrucis y tiempo invertido desde la inscripción hasta el informe de gobierno por 15 mil pesos al año?