Pedro Hugo Montero
El lunes 14 de octubre de 2024, Miguel Ángel Yunes Linares, exgobernador panista de Veracruz, fue increpado por trabajadores del Poder Judicial al salir de un establecimiento en la entidad. El motivo: haber sustituido a su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, en el Senado de la República y aportar el voto decisivo para aprobar la reforma constitucional al Poder Judicial, otorgando así a la 4T la victoria que necesitaba.
Los manifestantes bloquearon su camioneta por unos momentos y le arrojaron monedas, acusándolo de traidor. En redes sociales, el repudio fue aún más feroz: «¡Corruptos y traidores con órdenes de aprehensión! ¡Llevarán la palabra traición toda su vida! ¡Vendieron la democracia por dinero!«, eran algunos de los mensajes que inundaban las plataformas. Incluso, se comentaba que el legado que dejarían a su descendencia sería la deshonra total.
La reforma judicial es ya un hecho consumado y sus consecuencias políticas, democráticas y económicas podrían ser nefastas para el país. Sin embargo, parece ser un tema focalizado, especialmente en Veracruz, donde la memoria popular es implacable y aguerrida. Este no ha sido el primer momento incómodo para Yunes. Un caso notorio ocurrió cuando la senadora del PAN, Lilly Téllez, le arrojó monedas durante la discusión de la misma reforma en el Senado.
Previamente, la gobernadora Rocío Nahle dejó claro que el clan Yunes no tendría cabida en Morena, afirmando que el movimiento se construyó con trabajo y convicciones progresistas: «Nos reservamos el derecho de admisión«, sentenció, dejando a los Yunes sin respaldo en ambos lados del espectro político.
Pero ¿por qué esa reacción tan adversa? Analicemos el rompimiento de Yunes con los principios fundamentales de la 4T, acuñados por AMLO: «no mentir, no robar, no traicionar«.
- No mentir: Según medios veracruzanos, «Miguel Ángel Yunes miente descaradamente«. Hoy, pocos lo dudan.
- No robar: Existen carpetas de investigación abiertas por enriquecimiento ilícito, operaciones con recursos de procedencia ilícita y amenazas.
- No traicionar: Al votar a favor de la reforma, Yunes traicionó a su propio partido, el PAN, y a parte de la oposición que buscaba frenar el avance del oficialismo.
El paralelismo con Judas Iscariote es inevitable. Ambos personajes son acusados de traición, y las monedas juegan un papel simbólico crucial. Las 30 piezas de plata de Judas representaron el precio de su traición; las monedas lanzadas a Yunes simbolizan la percepción pública de que se vendió por un beneficio político.