“no hay democracia sin feminismo” Rita Segato.
El mes de septiembre arrancó el anuncio oficial de dos mujeres frente a las elecciones presidenciales del 2024. Ante este escenario, es necesario referenciar que el 6% de países tienen a una mujer como jefe de Estado y 7% presidiendo un Gobierno, destacándose Europa del norte, por otro lado, 119 países nunca han sido presididos por una mujer. Actualmente 20 mujeres presiden gobierno y solo 13 mujeres que han sido presidentas en América Latina, desde la primera, Eva Perón en Perú, continuó en Chile, Honduras, Panamá, Nicaragua, Costa Rica, Brasil, Haití, Perú, Bolivia y Argentina a lo largo de la historia. (ONU MUJERES)
En México, la reforma constitucional de 2019 de “paridad en todo”, abrió la puerta para que en todas las instituciones de gobierno, fueran encabezados por las mujeres, tal es así que los órganos autónomos tienen ya presidentas como, CNDH, INE, INAIP, así como la SCJN, lo que inevitablemente impulsaría a las cúpulas partidistas, curiosamente dirigidas por hombres, así como sus propios encuestas a la sociedad civil al esperado relevo de género, aun con todos los antecedentes, hay quien cuestiona si el país está preparado para ser dirigido por una mujer.
Anteriormente, existieron dos mujeres candidatas, sin embargo, ahora las condiciones son accesibles para que, en nueve meses gestantes de proceso electoral, tengamos a la primera mujer Presidenta de México, lo que nos obliga a varias, reflexiones:
Primeramente, resaltar que la lucha no es entre mujeres, no hay que perder de vista que son simplemente dos opciones para la ciudadanía que representan proyectos completamente diferentes. Lo que definitivamente no abona a la democracia, intentar un absurdo pleito femenino, solo fomenta la cultura patriarcal, que pareciera dar inicios en redes o medios de comunicación, si bien electoralmente las personas por si mismas cuentan en las decisiones del electorado, no olvidemos que cada una, representa un partido, grupo y proyecto.
Segundo, será interesante observar el discurso, el lenguaje incluyente, la imagen, que forman parte del nuevo formato de campaña que las mujeres reinventarán, en la nueva política de las mujeres que empieza a diseñarse, sin lugar a dudas se romperán paradigmas, y adversidades como el mansplaining en el debate, se fortalecerá un liderazgo andrógino en las campañas.
Tercero, no olvidemos, lo más importante, los proyectos de gobierno, y es que se tienen altas expectativas de que una presidenta, dé voz al 51% de la población según el INEGI que compone el país, recordando que también es el que más vota según el INE, las mujeres. No se espera un “barbiland”, son las cifras, traducidas en altas esperanzas, de mujeres, ciudadanas que aclamamos, acciones reales, ante el feminicidio que no para, o la brecha salarial histórica de las mujeres trabajadoras, para que se materialice la igualdad sustantiva, en respeto a los derechos laborales y humanos de las mujeres, madres y jefas de familia, en congruencia con las políticas públicas del nuevo gobierno. Todo lo anterior, sin dejar a un lado un proyecto de nación que gobierne para todas y para todos, con resultados en la seguridad, la economía nacional y seguridad social que son del interés de toda la ciudadanía.
Concluyo, estamos ante un hecho histórico que dignifica la lucha social de las mujeres en el país, no solo se romperá el techo de cristal, está pronto a materializarse, en un relevo de género.
¿Cuáles son los beneficios de una presidenta?, en pandemia las mejores calificadas en manejar las crisis propias, fueron las presidentas en la zona europea, citándolo como ejemplo, pero, más allá de la conceptualización feminista, o la comparativa de otros países, es necesario partir que los movimientos sociales encabezados por mujeres en Latinoamérica, han girado no solo por las mujeres sino, han nacido a la par de movimientos guerrilleros, sindicales, contra la violación de los derechos humanos, la pobreza y la explotación laboral, en las “movilizaciones masivas” por el bien común y la tierra, las mujeres juegan un papel clave, son las más afectadas y sufren directamente en su vida cotidiana los efectos de las políticas públicas.[i] Es quizá por ello, que una mujer gobernante, puede brindar nuevas perspectivas, nacerá un nuevo formato, esta alternancia de género, brindará oportunidades para todas las personas, de ejercer la democracia y consolidar una nación en igualdad sustantiva.
Beatriz Barrientos García.
Maestra en derecho, investigadora feminista, oradora, practioner en PNL, coaching sistémico, conferencista internacional, columnista en temas de comunicación, desarrollo humano y género.
[i] Federici, S. Reencantar el mundo, el feminismo y la política de los comunes. Traficantes de sueños mapas, Madrid, 2019, pág. 201.