En una entrevista radiofónica con un medio nacional, el sacerdote conocido como Padre «Goyo» lanzó duras acusaciones contra el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, a quien calificó como el «criminal más grande de Michoacán» y «jefe de los delincuentes». El sacerdote expresó su preocupación por la actuación del gobernador, a quien consideró «más peligroso que los propios delincuentes», debido a su supuesta capacidad para proteger a criminales y convertir en enemigos a personas de bien.
El Padre Goyo criticó la administración de Ramírez Bedolla por la falta de resultados en la lucha contra la delincuencia, pese a la detención de 24 líderes criminales en lo que va del año, ninguno de los cuales, según él, permanece en prisión. Entre los casos más destacados mencionó la liberación de César Sepúlveda, alias «El Boto», quien habría sido liberado tras pagar una millonaria suma, a pesar de haber sido arrestado en un operativo en el que participó la DEA.
Además, el sacerdote denunció el aumento de la violencia en el estado, señalando una serie de asesinatos ocurridos en agosto en Zitácuaro, Penjamillo, Tirindaro, Zinapécuaro, Apatzingán y Uruapan. Según el Padre Goyo, el gobernador Ramírez Bedolla no se ha pronunciado sobre estos hechos. También lo acusó de aprovechar la situación en Apatzingán para hacer negocios, sugiriendo a los empresarios que paguen por su seguridad.
En su intervención, el sacerdote reiteró que, para el gobernador, los verdaderos delincuentes son sus aliados, mientras que las personas de bien, como él, son consideradas enemigas del estado. Las acusaciones del Padre Goyo añaden una nueva capa de controversia a la ya compleja situación de seguridad en Michoacán, generando un intenso debate sobre la gestión del actual gobierno estatal.