En un encuentro celebrado este lunes 29 de septiembre con el Grupo de Trabajo sobre el Diálogo Intercultural e Interreligioso del Parlamento Europeo, el Papa León XIV instó a las instituciones europeas a adoptar una “laicidad sana”, entendida como una forma de pensamiento y acción que reconozca el valor de la religión sin confundirla con el ejercicio político.
Durante su intervención, el Pontífice subrayó que la promoción del diálogo entre culturas y religiones constituye una tarea esencial para quienes participan en la vida pública, especialmente desde una perspectiva cristiana. En ese sentido, destacó que existen referentes históricos que han logrado integrar convicciones religiosas con responsabilidad institucional, mencionando a Robert Schuman, Konrad Adenauer y Alcide De Gasperi.
León XIV precisó que una laicidad sana no implica separación ni fusión entre religión y política, sino una distinción que permita a la religión aportar al tejido social sin invadir el espacio de la gobernanza. Esta postura, afirmó, exige que las personas estén enraizadas en los valores del Evangelio y, al mismo tiempo, abiertas al diálogo con quienes provienen de otros horizontes culturales y espirituales.
El Papa también abordó el papel de la religión como vínculo originario de lo humano, capaz de fortalecer las relaciones interpersonales y contribuir a la vida comunitaria. En ese marco, insistió en que la dignidad de la persona debe permanecer como eje central de toda interacción institucional.
El encuentro concluyó con un reconocimiento al trabajo del grupo parlamentario y un llamado a continuar promoviendo el respeto mutuo en el ámbito europeo. León XIV impartió su bendición a los presentes, reiterando que el diálogo interreligioso no es un ejercicio periférico, sino una responsabilidad estructural en la construcción de sociedades pluralistas.