Génesis del Congreso Constituyente de 1916-1917 

by Enlace Noticias

Rubén Sandoval Aguiar 

La Revolución Mexicana de 1910, siguió su curso después del asesinato del presidente Francisco I. Madero en febrero de 1913, con el ascenso y caída del usurpador Victoriano Huerta, la llamada “Lucha de Facciones” entre los grupos Villista, Zapatista y Carrancista, con batallas tan memorables como las del bajío donde Obregón perdió el brazo, y la fallida “Convención de Aguascalientes” en la que se desconoció a Venustiano Carranza como encargado provisional del Poder Ejecutivo Federal y se nombró a Eulalio Gutiérrez como Presidente provisional de México.  

Por su parte, Carranza desconoció los acuerdos de la “Convención” y salió huyendo de la ciudad de México hacia Veracruz acompañado de sus más cercanos colaboradores, ante el inminente avance de las fuerzas de Villa y Zapata hacia la capital del país en octubre de 1914. Instalado en Veracruz, Carranza y su grupo optan por una estrategia política para tratar de arrebatar a los grupos opositores las banderas campesinas y obreras y hacerse de mayor apoyo popular. Para ello, Carranza expide un decreto de adiciones al “Plan de Guadalupe” que utilizó como bandera en la lucha contra el huertismo en 1913 y encarga a sus colaboradores la elaboración de varios proyectos de leyes que generaran gran impacto en las masas y con ello, erigirse como el grupo de las grandes reformas sociales y la legalidad.  

De ese modo, intelectuales del carrancismo como José Natividad Macías, Luis Manuel Rojas, Félix F. Palavicini y Luis Cabrera Lobato, presentaron al “Primer Jefe” la Ley del Municipio Libre, la Ley Agraria del 6 de enero de 1915 y la Ley de Relaciones Familiares, en la que se contempla el divorcio, entre otras disposiciones. Estas Leyes fueron expedidas por Venustiano Carranza a finales de 1914 y los primeros meses de 1915. 

Es justamente en Veracruz, donde surge la idea no solo de expedir nuevas leyes, que a juicio de los intelectuales carrancistas serían una ofensiva momentánea y transitoria en la lucha, por lo que plantearon al “Barón de Cuatro Ciénegas” Venustiano Carranza, la necesidad de citar a un nuevo “Congreso Constituyente”, que sería el cuarto congreso constituyente de la historia del país desde la época independiente, con el fin de promulgar una nueva Constitución mexicana y con ello, ganar definitivamente la batalla política a Villa y Zapata. 

Carranza vio con buenos ojos la medida de llevar a cabo un nuevo “Congreso Constituyente”, pero advirtió que era imposible generar de cero, un nuevo texto constitucional en medio de la lucha, por ello, dispuso que su grupo de intelectuales dirigidos por el jurista guanajuatense José Natividad Macías, realizara un proyecto de “Reformas a la Constitución liberal de 1857”. Al mismo tiempo, instruyó al licenciado Félix F. Palavicini, quien dirigía el periódico “El Universal” para encargarse de dar a conocer a la opinión pública por medio de la prensa, la conveniencia de citar a un nuevo “Congreso Constituyente”.  

En septiembre de 1916, Carranza expide reformas a las adiciones del “Plan de Guadalupe”, al tiempo que emite un decreto convocando al “Congreso Constituyente” y expide la convocatoria formal para la elección de diputados. La convocatoria señalaba de forma expresa y puntual la fecha y reglas para la elección, así como la fecha y lugar en que debía dar inicio y conclusión el nuevo Congreso, que culminaría con la promulgación de una nueva Constitución el 5 de febrero de 1917. A la par de la convocatoria se expidió un Código Electoral que serviría de base para regular el proceso electivo de diputados en todo el país.  

Es importante anotar, que el artículo cuarto del decreto de convocatoria al Constituyente, establecía la prohibición de participar como candidatos, a  todos aquellos que hubieran formado parte de las fuerzas hostiles al constitucionalismo, es decir, a todos aquellos individuos que hubieran apoyado al usurpador Victoriano Huerta, a las fuerzas de Félix Díaz sobrino del dictador, o a las fuerzas Villistas y Zapatistas; de tal suerte que al Congreso Constituyente concurrirían únicamente Carrancistas. El citado artículo expresamente señalaba: 

“Para ser electo diputado al Congreso Constituyente, se necesitan los mismos requisitos exigidos por la Constitución de 1857 para ser Diputado al Congreso de la Unión, pero no podrán ser electos, además de los individuos que tuvieren los impedimentos que establece la expresada Constitución, los que hubieren ayudado con las armas o sirviendo empleos públicos a los gobiernos o facciones hostiles a la causa Constitucionalista.” 

Una vez emitida la convocatoria, los carrancistas de todo el país comenzaron a moverse y buscar el apoyo de grupos y organizaciones en sus estados, para lograr una curul en el “Congreso Constituyente” que algunos ya avizoraban sería de trascendencia histórica. Las elecciones se efectuaron el 22 de octubre de 1916, con comicios en todas las entidades federativas, resultando electos 219 diputados, a quienes las juntas electorales locales, entregaron credenciales de diputados, para concurrir al Constituyente que se efectuaría en la ciudad de Querétaro. 

En el mes de noviembre, los diputados electos se trasladaron a la ciudad de Querétaro y dieron inicio las llamadas “Juntas Preparatorias” en la antigua Academia de Bellas Artes, en las que, por medio de un colegio electoral, se revisaron cada una de las credenciales de los legisladores electos, para cerciorarse de que no hubiera personajes contrarios al grupo constitucionalista infiltrados. Al mismo tiempo, se eligieron las distintas comisiones para el funcionamiento del Congreso y la mesa directiva, resultando electo Presidente el jalisciense Luis Manuel Rojas. 

Concluidas las “Juntas Preparatorias”, el 1 de diciembre de 1916, se dio inicio formal al “Congreso Constituyente” con una sesión inaugural a la que asistió el “Primer Jefe” Venustiano Carranza, quien pronunció un sentido discurso y entregó a la mesa directiva el “Proyecto de Reformas a la Constitución de 1857” sobre el cual debía deliberar la asamblea. Para sorpresa de la mayoría de los legisladores de forma inexplicable, el proyecto de Carranza no contenía las reformas en materia social consignadas en las leyes preconstitucionales de Veracruz, relacionadas con el reparto de tierras, los derechos de la clase trabajadora y la educación laica. El proyecto del “Primer Jefe” planteaba únicamente reformas a las facultades del titular del Poder Ejecutivo Federal, a las facultades y atribuciones del Ministerio Público, reformas en materia de amparo y algunos otros temas sobre la estructura y funcionamiento de los órganos del Estado. 

Como respuesta al tibio proyecto de reformas de Carranza, defendido a capa y espada por un pequeño grupo de diputados muy cercanos al jefe revolucionario, denominados “Moderados o Renovadores”, al interior de la asamblea surgió un grupo mayoritario de diputados llamados “Radicales o Jacobinos”, comandados por figuras de la talla del michoacano Francisco J. Múgica quien presidió la “Primera Comisión de Puntos Constitucionales”, la de mayor importancia en el Congreso, encargada de revisar el proyecto de Carranza artículo por artículo; Esteban Baca Calderón, antiguo líder de la huelga minera de Cananea, Heriberto Jara, diputado por Veracruz, el diputado Rafael Martínez de Escobar, afamado periodista tabasqueño, el jurista Hilario Medina, originario de Guanajuato, y el profesor Luis G. Monzón, de ideas racionalistas. Este grupo conformado en su mayoría por jóvenes sin experiencia en las lides parlamentarias, formados al fragor de las batallas, se fue imponiendo ante la asamblea, en las votaciones de artículos que suscitaron ríspidos y enconados debates, causando gran controversia al haber sido modificados en la forma y términos en que fueron presentados en el proyecto original de Carranza, particularmente los artículos 3, 24, 27, 115, 123 y 130. Así fue como en el lapso de dos meses, los “Radicales” dotaron a la nueva Carta Magna de su espíritu social. 

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