En el Templo del Señor de la Columna, el Padre Julio César Fajardo Aguilar ofreció una profunda reflexión sobre la búsqueda de la felicidad y la importancia de la ley en la vida cristiana durante su homilía reciente, en el marco de la conmemoración del Día de los Fieles Difuntos.
Durante su discurso, el padre Fajardo enfatizó que los días vividos en la reciente celebración han sido momentos intensos de meditación y reflexión, invitando a la comunidad a valorar el tiempo con la familia y a recordar a los difuntos. Afirmó que los panteones se abarrotan de personas en estas fechas, evidenciando la conexión que la gente siente con aquellos que han partido.
En un giro hacia el significado espiritual de las tradiciones, el sacerdote recordó la importancia de los mandamientos que Moisés compartió con el pueblo de Dios, sugiriendo que estos no son una carga, sino un camino hacia la felicidad. «Cumple los mandamientos y serás feliz», subrayó, instando a los presentes a reconsiderar cómo perciben las leyes religiosas en el contexto de sus vidas.
El padre Fajardo criticó la idea moderna de que la felicidad se puede encontrar a través de métodos superficiales o de «píldoras» que prometen bienestar inmediato. En cambio, argumentó que el pecado es lo que arrebata la felicidad inherente a la creación humana, instando a los fieles a reflexionar sobre sus acciones y sus verdaderas fuentes de alegría.
Utilizando un video popular, el padre Fajardo ilustró su punto sobre cómo el pecado puede alejarnos de la verdadera felicidad. En la representación, una joven que baila con Jesús se ve tentada por las riquezas y los vicios, simbolizando cómo estos pueden alejarnos de la verdadera vida que Dios ofrece.
La homilía también abordó la necesidad de desmitificar ciertos ritos dentro de la fe, preguntándose cuáles son verdaderamente esenciales y cuáles podrían considerarse secundarias. El sacerdote recordó cómo algunas devociones populares, como la veneración de ciertos santos, pueden perder su significado si no se acompañan de una verdadera práctica de fe y moral.
Concluyendo su mensaje, el padre Fajardo hizo hincapié en el llamado a amar a Dios con todo el corazón, mente y fuerzas, y a extender ese amor al prójimo. «Amar construye el reino de Dios», afirmó, resaltando que la capacidad de amar de manera ordenada es fundamental para vivir en plenitud.
La reflexión del Padre Julio César Fajardo Aguilar resonó en la congregación, invitando a todos a reconsiderar su relación con la ley, el pecado y la felicidad, recordando que el verdadero camino hacia la paz y la alegría se encuentra en el amor a Dios y a los demás. Su homilía se convirtió en un llamado a la introspección y a la acción, alentando a los fieles a vivir su fe de manera auténtica y significativa.