En el primer domingo de Cuaresma, el Padre Julio César Fajardo Aguilar ofreció una homilía reflexiva en el Templo de la Rectoría del Señor de la Columna, donde llamó a los fieles a cuestionarse sobre lo verdaderamente importante en la vida y a enfrentar las tentaciones con fe y confianza en Dios.
Ante una iglesia llena, el sacerdote recordó que la Cuaresma es un tiempo de purificación y reflexión, destacando que la ceniza impuesta el Miércoles de Ceniza no es solo un símbolo externo, sino un recordatorio de la fugacidad de la vida y la necesidad de humildad. “Si todo es tan efímero, ¿qué es lo que realmente permanece?”, cuestionó Fajardo Aguilar.
Durante su mensaje, abordó las tres tentaciones que enfrentó Jesús en el desierto, explicando que son desafíos universales que también afectan a la sociedad actual:
- El materialismo y la autosuficiencia. “¿Confiamos en Dios más que en lo que nos satisface momentáneamente?”, preguntó.
- El poder y la corrupción. “¿Vale la pena seguir siendo buenos en un mundo injusto?”, reflexionó, aludiendo a problemas sociales como la violencia y la desigualdad.
- La duda sobre Dios. “Cuando el sufrimiento llega, ¿realmente creemos que Dios nos escucha?”, planteó.
El sacerdote enfatizó que la clave para superar las tentaciones es la fe y la memoria de lo que Dios ha hecho en la vida de cada persona. “Jesús no venció con poderes sobrenaturales, sino con la Palabra de Dios y su confianza absoluta en el Padre”, subrayó.
Finalmente, exhortó a los fieles a vivir esta Cuaresma con autenticidad, recordando que no se trata solo de cumplir normas externas, sino de transformar el corazón y fortalecer la relación con Dios. “Si caemos mil veces, mil veces debemos levantarnos. La victoria es de quienes confían en Él”, concluyó.
La homilía del Padre Fajardo Aguilar resonó profundamente entre los asistentes, quienes salieron del templo con un mensaje claro: la verdadera lucha espiritual se libra en el interior de cada persona y la fe es la herramienta más poderosa para enfrentarla.