En una decisión unánime, la Cámara de Diputados aprobó reformas a la Constitución para prohibir el maltrato animal, con un respaldo de 450 votos en lo general y 441 en lo particular. El dictamen, que modifica los artículos 3º, 4º y 73 de la Constitución, fue remitido al Senado para su revisión y eventual aprobación, lo que representa un avance significativo en la agenda de derechos de los animales en el país.
La propuesta, impulsada inicialmente por el Ejecutivo Federal y apoyada por diversas diputaciones, faculta al Congreso de la Unión para expedir leyes específicas sobre protección y bienestar animal, coordinando responsabilidades entre los gobiernos federal, estatal y municipal. Entre los cambios aprobados, destaca que el Estado mexicano deberá garantizar el trato adecuado y la conservación de los animales, prohibiendo el maltrato en todas sus formas y asegurando su cuidado y protección en los términos que dicten las leyes.
Además, la reforma establece que los planes educativos en todos los niveles promoverán la protección y el respeto hacia los animales. Según la diputada Martha Olivia García Vidaña, quien presentó una reserva adicional para ampliar la facultad legislativa del Congreso, esta medida reconoce la relevancia de los animales en la vida humana y el entorno, buscando un trato justo y digno hacia ellos.
El dictamen contempla un plazo de 180 días naturales para que el Congreso emita la ley general de protección y bienestar animal, la cual deberá incluir regulaciones sobre el trato a animales de consumo humano, la prohibición del maltrato en espectáculos con animales silvestres y medidas de control sanitario y de plagas. En el apartado financiero, se estipula que los costos generados por estas reformas serán cubiertos con recursos asignados en el presupuesto vigente, sin la posibilidad de autorizar fondos adicionales.
Durante la presentación, la diputada Dolores Padierna Luna señaló que esta reforma sienta las bases para un México que respeta a todos los seres vivos, protegiendo a quienes no tienen voz y garantizando el bienestar animal como un eje central de las políticas públicas. Las modificaciones buscan no solo un marco legal más robusto, sino un cambio cultural en la relación entre los humanos y los animales, impulsando valores de empatía y respeto en las nuevas generaciones.
De ser aprobada en el Senado, la reforma marcará un precedente en la legislación mexicana, estableciendo una base constitucional para la protección de los animales y fortaleciendo la capacidad de sancionar cualquier forma de abuso o maltrato en el país.