En la homilía dominical de este tercer domingo de Adviento, conocido como el «domingo letare» o «domingo de la alegría», el Padre Julio César Fajardo Aguilar ofreció un inspirador mensaje a la congregación de la Rectoría del Señor de la Columna.
El Padre Fajardo comenzó su sermón destacando la importancia del color rosa en la liturgia de este domingo, señalando que simboliza la alegría y se usa únicamente en dos ocasiones del año litúrgico: el tercer domingo de Adviento y el día de la Virgen de Guadalupe. Explicó que esta alegría es similar a la emoción anticipada que siente una familia esperando el nacimiento de un niño, subrayando la naturaleza profundamente emocional y esperanzadora de la Navidad.
Durante su mensaje, el Padre Fajardo enfatizó que los cristianos deben ser reconocidos por su alegría, a pesar de las dificultades y las ausencias que pueden marcar esta época del año. Citando a San Felipe Neri, recordó que la alegría es esencial para evitar el pecado y alcanzar la santidad, destacando que «un signo de santidad es la alegría».
El sermón también hizo un llamado a la conversión activa, señalando que esta no se trata solo de intenciones o sentimientos, sino de acciones concretas. Inspirado por las preguntas dirigidas a Juan el Bautista en el Evangelio, el Padre Fajardo instó a los fieles a preguntarse «¿qué tenemos que hacer?» para vivir según los preceptos cristianos. Resaltó la importancia de la justicia, la caridad y la reconciliación en la vida diaria.
Otro punto crucial de la homilía fue la reflexión sobre la humildad y la necesidad de reconocer nuestras limitaciones y nuestra dependencia de Dios. El Padre Fajardo criticó la idea moderna de que «todo lo podemos», argumentando que aceptar nuestras limitaciones no solo nos hace humildes sino que también nos engrandece. Citando a Juan Pablo II, recordó que cada elección implica una renuncia, y que reconocer nuestras necesidades es fundamental para una vida cristiana auténtica.
Finalmente, el Padre Fajardo cerró su homilía con una reflexión sobre la esperanza en la venida de Jesús, alentando a los fieles a sentir una alegría profunda y anticipada por la proximidad de la Navidad. Comparó esta espera con la emoción de un viaje o una boda, instando a la congregación a vivir esta temporada con una alegría contagiosa y una esperanza renovada.
El mensaje del Padre Julio César Fajardo Aguilar resonó profundamente entre los asistentes, recordándoles la importancia de la alegría, la conversión activa y la humildad en su preparación para la celebración del nacimiento de Cristo. Con un llamado a apoyar a los migrantes y a mantener la esperanza en tiempos difíciles, su homilía ofreció una guía espiritual en el camino hacia la Navidad.