La Colectiva Feminista MAPAS manifestó su indignación y preocupación ante la creciente violencia en la región de Tierra Caliente, Michoacán, donde la explosión de minas terrestres ha cobrado la vida de trabajadores del campo, docentes y adolescentes jornaleros.
El más reciente caso ocurrió el pasado 8 de febrero, cuando un adolescente de 15 años, identificado como Pablo, y su padre murieron al detonar una mina mientras laboraban en una parcela de limón en la comunidad de Santa Ana Amatlán, en Buenavista Tomatlán. Este hecho se suma a otras tragedias previas: el 13 de enero, un maestro de telesecundaria falleció tras la explosión de un artefacto en su trayecto diario, y en marzo de 2024, tres trabajadores del campo perdieron la vida en circunstancias similares entre las comunidades de El Caulote y Las Cruces, en Tumbiscatío.
La organización denunció que la presencia de minas terrestres representa un peligro latente en la región, obligando a comunidades enteras a desplazarse por temor a nuevos ataques. En su comunicado, MAPAS responsabilizó a las autoridades estatales y locales por la falta de medidas de seguridad y exigió acciones inmediatas para frenar la violencia y garantizar condiciones laborales dignas para los jornaleros.
Entre sus demandas, la colectiva pidió al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y al fiscal Adrián López Solís el esclarecimiento de los hechos y la reparación del daño para las familias afectadas. Asimismo, instaron a Daniela De los Santos, titular de SIPINNA Michoacán, a garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes en situación de trabajo agrícola migrante.
«El campo sostiene la economía y alimentación de Michoacán, pero sus trabajadores siguen desprotegidos y expuestos a la violencia», denunciaron. Finalmente, llamaron a la sociedad a sumarse a la exigencia de justicia y seguridad en la región.