La noche del miércoles 28 de agosto, París se vistió de gala para dar inicio a uno de los eventos deportivos más esperados del año: los Juegos Paralímpicos de 2024. La Place de la Concorde, uno de los lugares más emblemáticos de la capital francesa, fue el escenario de una ceremonia de apertura que quedará grabada en la memoria de todos los presentes y de aquellos que la siguieron desde sus hogares.
El ambiente estaba cargado de expectación cuando Théo Curin, ex nadador francés y figura del deporte paralímpico, irrumpió en escena. A bordo de un taxi decorado con símbolos paralímpicos, Curin dio la bienvenida al mundo con un grito lleno de emoción: «¡Bienvenidos a París!». Ese fue el primer destello de una noche que prometía ser mágica. El cielo de París se iluminó de inmediato con fuegos artificiales en los colores de la bandera francesa, rojo, blanco y azul, un preludio perfecto para lo que estaba por venir.
La Patrouille de France, conocida por sus impresionantes demostraciones aéreas, no se hizo esperar y sobrevoló el lugar, mientras los Phryges, las encantadoras mascotas de los Juegos, tomaban el escenario para anunciar la llegada de las delegaciones. El desfile de los atletas fue un espectáculo en sí mismo, una exhibición de orgullo y determinación. Durante 90 minutos, los deportistas paralímpicos de todo el mundo desfilaron ante los aplausos del público, con la delegación francesa cerrando el desfile al ritmo de canciones icónicas como «Champs-Élysées» y «Emmenez-moi».
Uno de los momentos más emocionantes de la noche llegó cuando el obelisco de la Concordia se iluminó con los colores de Francia, mientras la bandera nacional era izada por veteranos del ejército francés. Al son de una emotiva interpretación de «La Marsellesa», el corazón de París latió al unísono con el de los miles de espectadores que presenciaban el acto.
La ceremonia alcanzó su clímax con las palabras de Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa, quien declaró oficialmente inaugurados los Juegos Paralímpicos de París 2024. Fue un momento de gran significado, en el que se reafirmó el compromiso de Francia con los valores del deporte y la inclusión.
Pero la emoción no se detuvo ahí. Con la entrada de la bandera paralímpica, seguida por la llegada de la Llama Paralímpica, el espíritu de los Juegos se hizo aún más palpable. Florent Manaudou, uno de los nadadores más destacados de Francia, portó la llama hasta el escenario, donde fue recibida por Michael Jeremiasz. Juntos, condujeron la llama en un recorrido que culminó con un espectacular encendido del pebetero paralímpico por parte de un grupo de destacados atletas, un momento que simbolizó el comienzo de la competencia y la unión de todos los participantes en torno a los ideales del movimiento paralímpico.
La ceremonia concluyó con un estallido de fuegos artificiales que iluminó el cielo de París, mientras Christine and the Queens interpretaba «Born to be alive». La canción «Je t’aime moi non plus» puso el broche de oro a una noche en la que el deporte, la inclusión y el espíritu de superación fueron los verdaderos protagonistas.
Los Juegos Paralímpicos de París 2024 han comenzado, y con ellos, una nueva oportunidad para celebrar la grandeza del deporte y la fuerza del espíritu humano. París, una vez más, ha demostrado ser el escenario perfecto para la historia.