La noche se llenó de acordes memorables cuando el Ensamble Swing Oaxaca se alzó como ganador del Concurso Nacional de Ensambles Estudiantiles de Jazz, convocado por el JAZZtival Michoacán. Bajo la dirección del maestro Francisco Gómez Toledo, siete jóvenes músicos de la Academia Oaxaca Jazz Lab conquistaron al jurado con una ejecución que combinó técnica, sensibilidad y una profunda conexión con las raíces del género. El premio, más allá del estímulo económico, les otorgó un lugar en la programación oficial de la edición número 23 del festival acústico, una vitrina que ha proyectado a talentos emergentes hacia escenarios mayores.
La historia adquirió un matiz circular cuando Gómez Toledo, visiblemente emocionado, recordó que hace una década participó en ese mismo certamen como estudiante. “Jamás imaginé volver al JAZZtival, ahora como director. Este festival es un escaparate vital para los nuevos valores de la música”, expresó. Para él, este triunfo representa un parteaguas en la trayectoria de sus alumnos, un punto de inflexión que marcará el inicio de sus carreras profesionales.
Durante su presentación, el Ensamble Swing Oaxaca ofreció un repertorio clásico que incluyó boleros, ejecutados con una elegancia que evocó épocas doradas del jazz latino. En un gesto que desbordó compañerismo y respeto por la escena emergente, invitaron al grupo veracruzano Eta Group —finalistas del concurso— a compartir el escenario en una pieza de blues que cerró la velada con un aire de celebración colectiva.
El maestro Juan Alzate, fundador del JAZZtival, fue reconocido por Gómez Toledo por su visión pionera. Hace 23 años, Alzate apostó por un festival que hoy se erige como el único en México en promover concursos estudiantiles de jazz, consolidando una plataforma que no solo premia el talento, sino que lo impulsa hacia el futuro.
Así, entre solos vibrantes y armonías compartidas, Swing Oaxaca no solo ganó un concurso: tejió una historia de regreso, formación y comunidad que resonará más allá del escenario.