«Sin Justicia No Hay Paz»: Familias de Víctimas del Ejército Mexicano Exigen Rendición de Cuentas

by Enlace Noticias

Jorge, Javier, Armando. Nombres que resuenan como emblemas de la lucha contra la impunidad en México. Víctimas de la violencia estatal, sus historias reflejan la brutalidad de las políticas de seguridad militarizadas que han alimentado las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones forzadas, mientras la justicia sigue siendo una deuda pendiente.

A quince años del asesinato de Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, estudiantes de excelencia del Tecnológico de Monterrey, sus familias continúan exigiendo justicia plena. Ambos jóvenes fueron ejecutados por elementos del Ejército mexicano en la madrugada del 19 de marzo de 2010, pero el gobierno los presentó como sicarios abatidos en un falso enfrentamiento.

«Queríamos limpiar sus nombres», relató con indignación Rosa Elvia Mercado Alonso, madre de Jorge, quien junto a su esposo, Joel Medina Salazar, emprendió una lucha incansable para desmentir la versión oficial que los criminalizó. La perseverancia de las familias y el respaldo de activistas logró que, en diciembre de 2024, se dictara sentencia contra cinco militares responsables de la ejecución extrajudicial y la alteración de la escena del crimen.

Una Guerra Fallida Que Suma Víctimas

El caso de Armando Humberto del Bosque Villarreal, desaparecido en 2013 por elementos de la Marina en Nuevo León, evidencia la brutalidad de la militarización. Armando fue detenido arbitrariamente frente a su padre, Humberto del Bosque Gutiérrez, un abogado y empresario minero, quien abandonó su carrera profesional para dedicarse a buscar justicia.

«La Marina, en lugar de investigar, protegió a los delincuentes y desapareció a mi hijo», denunció Del Bosque Gutiérrez, quien enfrentó amenazas de muerte por parte del regimiento involucrado.

Más de una década después, los marinos responsables fueron sentenciados, un avance significativo en un país con un índice de impunidad del 98%, pero insuficiente para las familias, que siguen exigiendo medidas de no repetición y la rendición de cuentas de los mandos superiores.

Memoria para la Justicia: «Todxs Somos Jorge y Javier»

El colectivo «Todxs Somos Jorge y Javier», formado por exalumnos del Tec y activistas, ha mantenido viva la memoria de los estudiantes con el lema: «Sin memoria no hay justicia, y sin justicia no hay paz». En Monterrey, murales con sus rostros y mensajes de resistencia recuerdan que la militarización no solo fracasó en su propósito de combatir el crimen, sino que también multiplicó las violaciones a los derechos humanos.

Exigencia de Reformas Urgentes

De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), la militarización de la seguridad pública ha exacerbado la violencia y la impunidad. Jesús Peña Palacios, representante adjunto de la ONU-DH en México, advirtió que la falta de controles civiles ha permitido la alteración de escenas del crimen y la protección a los perpetradores.

«México debe avanzar en la profesionalización de sus policías y garantizar el repliegue gradual de las Fuerzas Armadas de las funciones de seguridad pública», declaró Peña Palacios.

Una Lucha Que No Se Apaga

Para las familias de Jorge, Javier y Armando, las sentencias contra los militares representan un avance, pero no una justicia completa. Mientras los autores intelectuales y los mandos superiores no sean castigados, la herida seguirá abierta.

«Nosotros, los ciudadanos de trabajo comunes, no usamos armas. Nuestra arma es la razón en la búsqueda de la justicia», concluyó Humberto del Bosque Gutiérrez, cuyo dolor se ha transformado en una inquebrantable cruzada contra la impunidad.

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