Cleveland vivió una jornada cargada de expectativa y emoción cuando Shedeur Sanders, mariscal de campo novato, pisó por primera vez el césped del Huntington Bank Field para debutar en la NFL. El aplauso de los aficionados de los Browns marcó el inicio de lo que parecía una nueva era. Pero la defensa de los Ravens tenía otros planes. En apenas dos series ofensivas, Sanders fue derribado por Kyle Hamilton, golpeado por Kyle Van Noy e interceptado por Nate Wiggins. Baltimore no solo arruinó el debut del joven mariscal, sino que lo redujo a 47 yardas por aire y apenas cuatro pases completos en 16 intentos, sellando una victoria por 23-16.
Roquan Smith, líder defensivo de los Ravens, fue claro: “Cuando juegas contra un novato en esta liga, tienes que hacerle saber que es un novato”. Sanders había entrado en sustitución de Dillon Gabriel, quien sufrió una conmoción cerebral en la primera mitad. El cambio fue abrupto: se enteró de que sería titular justo al salir al campo. Lo que siguió fue una bienvenida brutal. Baltimore acumuló tres capturas y diez golpes al mariscal, con Hamilton provocando un balón suelto en tercera oportunidad y celebrando con el gesto del reloj, característico de Sanders.
La defensa de los Ravens no necesitó ajustes. “Predicamos contra rivales sin nombre ni rostro”, dijo Hamilton. “Jugamos nuestro juego, provocamos pérdidas de balón, y los chicos lo lograron”. Cleveland apenas logró 187 yardas totales en 54 jugadas, con un promedio de 3.5 yardas por intento. Solo convirtieron dos de 14 terceras oportunidades. El cierre fue contundente: Chidobe Awuzie desvió un pase en tercera y cinco, y Smith interceptó en cuarta para sentenciar el encuentro.
Sanders asumió la responsabilidad tras el partido. Reconoció su bajo rendimiento y la falta de química con los receptores titulares. “No creo haber jugado bien en absoluto”, declaró. “Reconozco el mérito de los Ravens. Eran un buen equipo. Pero sé que solo podemos mejorar”. La defensa rival, sin embargo, no se dejó impresionar por la ovación que recibió el novato. Dre’Mont Jones relató cómo Smith reunió al grupo para recordarles que nada había cambiado. “El impulso ya estaba ahí”, afirmó.
Sanders había rechazado ser suplente de Lamar Jackson en Baltimore, apostando por una titularidad más accesible en Cleveland. La decisión lo llevó al campo, pero también al rigor de una defensa que no perdona. “Un novato nunca debería poder hacer cosas descabelladas, especialmente con la cantidad de jugadores que tenemos aquí”, sentenció Smith. Con respeto, pero sin concesiones, los Ravens dejaron claro que en la NFL, el aplauso no basta. El terreno se gana con golpes, presión y experiencia.

