La salud no estuvo del lado de los Raiders en su derrota por 41-24 ante los Bengals durante la Semana 9. A pesar de enfrentar múltiples lesiones y cambios en la posición de mariscal de campo, el equipo mantiene una actitud positiva y mira hacia adelante.
El juego comenzó complicado para los Raiders, con Andre James fuera por una lesión de tobillo. A lo largo del partido, otros tres linieros ofensivos – Kolton Miller, Andrus Peat y Cody Whitehair – también sufrieron lesiones de tobillo, sumándose a las bajas del esquinero Nate Hobbs y el ala cerrada Harrison Bryant, quienes curiosamente también se lesionaron los tobillos.
A pesar de estas dificultades, el entrenador Antonio Pierce no buscó excusas. «Estamos jugando con jugadores cada vez más jóvenes. Hay más oportunidades para que alguien más dé un paso al frente», declaró Pierce. «Nadie siente pena por nosotros y nosotros no sentimos pena por nosotros mismos».
El mayor obstáculo para los Raiders fue el desempeño de Joe Burrow. El mariscal de campo de los Bengals tuvo el control del balón durante casi 35 minutos, completando cerca del 70% de sus pases y estableciendo un récord personal con cinco touchdowns. La defensa de los Raiders no pudo contenerlo, lo que fue señalado por Pierce como un área clave a mejorar. «Las expectativas para la defensa son altas y, obviamente, no estamos jugando lo suficientemente bien», comentó Pierce.
En un intento por revitalizar la ofensiva, Pierce sustituyó a Gardner Minshew II por Desmond Ridder. Ridder, recién contratado del equipo de prácticas de los Arizona Cardinals tras la lesión de Aidan O’Connell, completó 11 de 16 pases para 74 yardas y un touchdown a Brock Bowers en su debut con los Raiders.
Ridder mostró una actitud positiva ante la oportunidad. «Uno tiene que estar listo para jugar en cualquier momento», dijo Ridder. «Fue genial ver el trabajo que he hecho a lo largo del tiempo, poder salir y ponerlo todo en el campo».
Con una racha de cinco derrotas consecutivas, los Raiders aprovechan la próxima semana de descanso para recuperarse y reevaluar. «Tenemos que empezar de nuevo. Es un esfuerzo que nos aplica a todos», enfatizó Pierce. «Vamos a identificar y analizar muchas cosas de este partido para mejorar y ponernos en posición de ganar».
La semana de descanso llega en un momento crucial para los Raiders, ofreciendo una oportunidad para sanar y reestructurar sus estrategias con la esperanza de cambiar el rumbo en la segunda mitad de la temporada.