En la Conferencia de las Partes número 30 (COP30), celebrada en Belém, Brasil, los países aprobaron un paquete integral para ampliar el financiamiento climático y acelerar la implementación del Acuerdo de París. El acuerdo incluye metas financieras de gran escala y nuevas iniciativas, pero evita comprometerse explícitamente con el abandono de los combustibles fósiles, lo que generó preocupación entre negociadores y organizaciones de la sociedad civil.
Principales decisiones
- Financiamiento climático: movilizar 1,3 billones de dólares anuales para 2035, con los países desarrollados liderando la aportación.
- Adaptación: duplicar el financiamiento para 2025 y triplicarlo para 2035.
- Pérdidas y daños: puesta en marcha y reposición confirmadas del fondo acordado en la COP28.
- Nuevas iniciativas: lanzamiento del Acelerador de Implementación Global y la Misión de Belém para cumplir con el objetivo de 1,5 °C.
- Desinformación climática: compromiso para promover la integridad de la información y contrarrestar narrativas falsas.
El texto final enfatiza la solidaridad y la inversión, pero excluye referencias directas a la transición energética. La quema de combustibles fósiles sigue siendo la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que convierte esta omisión en un punto crítico para varios países y actores sociales.
La COP30 es la primera celebrada en la Amazonia y ocurre tras la advertencia de la ONU de que será “prácticamente imposible” limitar el calentamiento global a 1,5 °C sin sobrepasar temporalmente ese umbral. Durante las negociaciones, se registraron bloqueos de comunidades indígenas y un incendio en la sala principal, lo que interrumpió las conversaciones en un momento clave.
El presidente de la COP30, André Corrêa do Lago, reconoció que algunos temas quedaron fuera del acuerdo y anunció dos hojas de ruta: una para detener y revertir la deforestación y otra para avanzar hacia una transición justa y ordenada en el abandono de los combustibles fósiles.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, destacó que el acuerdo demuestra que las naciones aún pueden unirse frente a desafíos globales, aunque subrayó que el consenso alcanzado no cubre todas las necesidades. Señaló que el financiamiento masivo y los recortes profundos de emisiones son esenciales para enfrentar el sobrecalentamiento global y advirtió que “la COP30 ha terminado, pero el trabajo no”.
La ausencia de un compromiso explícito sobre combustibles fósiles refleja la complejidad política de las negociaciones energéticas y deja abierta la discusión sobre la capacidad real de los países para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.

