La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un mensaje dirigido al Pueblo de Dios que peregrina en México para expresar su alegría y respaldo tras la elección del Cardenal Robert Prevost como nuevo Papa, quien asumirá el nombre de León XIV, convirtiéndose en el 267º sucesor de San Pedro.
La elección del nuevo pontífice se llevó a cabo tras la cuarta votación del Cónclave en el Vaticano. En el comunicado, los obispos mexicanos afirmaron que el proceso fue guiado por el Espíritu Santo y que en esta decisión reconocen la voluntad de Jesucristo para continuar guiando a la Iglesia en un momento crucial de la historia.
“Nos adherimos en obediencia filial al sucesor del Apóstol Pedro y agradecemos su generoso ‘sí’ al aceptar esta misión con fe y esperanza”, se lee en el documento firmado por miembros de la presidencia de la CEM, entre ellos el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, en su calidad de presidente del organismo.
En el mensaje, también se retoma un pasaje del Concilio Vaticano II para subrayar el papel fundamental del Papa como principio visible de unidad en la fe y la comunión. “Jesucristo, Pastor eterno, edificó la santa Iglesia enviando a sus Apóstoles, y quiso que los sucesores de aquéllos, los obispos, fuesen los pastores en su Iglesia hasta la consumación de los siglos”, recuerda el texto.
Además del llamado a la obediencia eclesial, los obispos invitaron al pueblo católico en México a elevar oraciones por el nuevo Papa y a celebrar el inicio de su pontificado. Pidieron también la intercesión de Santa María de Guadalupe para que acompañe a León XIV en su misión al frente de la Iglesia.
El documento fue firmado también por el arzobispo de León, Jaime Calderón Calderón, vicepresidente de la CEM; el obispo auxiliar de México, Héctor M. Pérez Villarreal, secretario general; el arzobispo de San Luis Potosí, Jorge A. Cavazos Arizpe, como tesorero general; el obispo de Ciudad Obregón, R. Felipe Pozos Lorenzini; y el obispo de Ciudad Valles, Roberto Yenny García, como primer vocal.
Este pronunciamiento se enmarca en un contexto de renovación en la Iglesia católica, con una figura pontificia que, desde su experiencia pastoral y su vínculo con América Latina, proyecta una etapa marcada por la sinodalidad y el diálogo con los fieles a nivel mundial.