En un clima de honda reflexión y recogimiento, la Iglesia católica ha dado hoy un paso decisivo hacia la elección de su próximo Pontífice. Durante la Misa Pro eligendo Romano Pontifice, celebrada en la basílica de San Pedro, el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, hizo un llamado solemne a los electores: elegir con plena conciencia, desprendidos de intereses personales y guiados solo por el bien de la Iglesia y del mundo.
“Que sea elegido el Papa que la humanidad necesita en este momento tan difícil y complejo de la historia”, exhortó el purpurado, mientras 220 cardenales —electores y no electores— concelebraban la liturgia en el corazón espiritual del catolicismo, sobre la tumba del apóstol Pedro. A las 16:30 horas, los cardenales se recluirán en la Capilla Sixtina para dar inicio formal al Cónclave, bajo la mirada imponente del Juicio Final de Miguel Ángel, que simboliza la trascendencia y la responsabilidad del momento.
La elección papal, afirmó Re, “no es una simple sucesión de personas, sino que es siempre el apóstol Pedro que regresa”. Con esa conciencia, instó a los purpurados a obrar bajo “la máxima responsabilidad humana y eclesial”, renunciando a cualquier consideración política, regional o ideológica. El Espíritu Santo, dijo, debe ser el verdadero protagonista del discernimiento.
El decano centró su homilía en el mandamiento “nuevo” del amor proclamado por Jesús en el Evangelio de Juan. “El amor es la única fuerza capaz de cambiar el mundo”, recordó, destacando que el nuevo Papa deberá ser un Pastor que encarne ese amor hasta el don total de sí mismo. A su vez, subrayó tareas esenciales del Sucesor de Pedro: fomentar la comunión entre los cristianos y la unidad de la Iglesia en la diversidad, siempre fiel al Evangelio.
Re pidió que el nuevo Pontífice sea capaz de “despertar las conciencias y las fuerzas morales y espirituales” de una sociedad marcada por el avance tecnológico, pero tentada a olvidar a Dios. Y concluyó con un deseo que resonó en cada rincón de la basílica: “Que los cardenales estén de acuerdo en elegir al Papa que necesita nuestro tiempo”.
Con el inicio del Cónclave, se cierra una etapa de espera y comienza un momento decisivo para los más de mil millones de católicos en el mundo: la elección del Papa que habrá de guiar a la Iglesia en medio de un mundo convulso, necesitado de paz, diálogo y esperanza.