En el béisbol, como en la vida, la victoria muchas veces llega cuando menos se espera. Y en una noche que parecía teñida de serpiente, los Rays de Tampa Bay rugieron en el desierto de Arizona con una remontada tan explosiva como inesperada, firmada con letras de fuego por el bate de Christopher Morel.
Era la décima entrada, la tensión cortaba el aire del Chase Field y el marcador aún estaba al alcance. Entonces, con un swing certero, Morel destapó su tercer jonrón de la campaña, un tablazo de dos carreras que selló el triunfo 7-4 de los Rays sobre los Diamondbacks, en un duelo donde el talento latino brilló con luz propia.
La noche comenzó cuesta arriba para Tampa Bay. Arizona mandaba 4-3 al llegar la novena, pero ahí emergió el cubano Yandy Díaz, encendido con el madero, para igualar la contienda con un sencillo impulsor frente a Ryne Nelson. El dominicano Edwin Uceta (2-1) hizo lo propio desde la loma y, con sangre fría, provocó una doble matanza que sofocó el intento de respuesta local.
Con el duelo ya en extrainnings, el joven dominicano Junior Caminero no se guardó nada: conectó un doble que empujó la carrera de la ventaja ante J.P. Feyereisen (0-1). Y cuando aún se saboreaba esa ventaja, Morel soltó el cañonazo final, dejando sin aliento a la afición local.
Pete Fairbanks, pese a otorgar un boleto, bajó la cortina sin más daño y sumó su cuarto salvamento del año.
La actuación colectiva de Tampa tuvo acento internacional. Díaz se fue de 5-3 con una carrera anotada y una impulsada; Caminero, de 5-1, también produjo y anotó; el panameño José Caballero aportó con un doble impulsor; y aunque el mexicano Jonathan Aranda no conectó imparable, pisó el plato para contribuir a la remontada.
Del lado de los Diamondbacks, Tim Tawa ilusionó a los suyos con un jonrón solitario, pero poco pudieron hacer ante el despertar ofensivo de los Rays.
Corbin Burnes fue dominante desde el inicio, perfecto hasta la cuarta, pero se desdibujó al enfrentar a Díaz y Caballero. Su salida prematura dejó el juego en manos del relevo, y ahí Tampa no perdonó.
Con este triunfo, los Rays mandan un mensaje claro: no importa el terreno ni el rival, cuando su ofensiva despierta —y lo hace con fuego caribeño— pueden tumbar a cualquiera.
Y en Phoenix, esa noche, el trueno llevó nombre dominicano: Christopher Morel.