El Premio Breach/Valdez de Periodismo y Derechos Humanos 2024, el periodista mexicano, Carlos Carabaña, cuenta para Noticias ONU su experiencia en el periodismo de investigación medioambiental y cómo fue la historia de su trabajo: Los olvidados de Hidalgo: cáncer, contaminación y aguas residuales, que expuso el abandono de una comunidad; 35.000 personas en el norte de la Ciudad de México y el infierno medioambiental en el que quedaron atrapados.
El periodista Carlos Carabaña, recibió el Premio Breach/Valdez de Periodismo y Derechos Humanos 2024 por su reportaje en México titulado: “Los olvidados de Hidalgo: cáncer, contaminación y aguas residuales”. Su investigación de largo aliento revela las omisiones y deficiencias que han permitido que el agua contaminada de una presa al norte de la capital mexicana envenene a personas, flora y fauna.
Durante su visita a Ginebra y las organizaciones de derechos humanos, nos contó la historia de los ‘olvidados de Hidalgo’, del infierno ambiental en el que han vivido desde hace más de 50 años, y que está vinculado con el aumento considerable de enfermedades graves y mortalidad.
Su trabajo y apoyo a la comunidad gravemente afectada facilitó la firma de un decreto por el presidente de México que reconoce la grave contaminación causada por gobierno y empresas en el área, y decreta una zona de restauración ambiental. Su investigación es una prueba más de la importancia del periodismo ambiental y la necesidad de proteger a los reporteros que documentan y denuncian las privaciones de derechos humanos fundamentales, como son el acceso a un medio ambiente sano y la defensa de la salud pública.
Noticias ONU: Cuéntenos ¿quiénes son los olvidados de Hidalgo y por qué es urgente hablar de ellos?
Carlos Carabaña: ‘Los olvidados de Hidalgo’ es una historia de abandono. El abandono de una comunidad; 35.000 personas en el norte de la Ciudad de México. Básicamente es una comunidad que, en los años 40, fueron expulsados de sus tierras para construir una presa. En los años 70 empezaron a encausar hacia ella todas las aguas negras de la Ciudad de México, del Estado de México, de hospitales, de una refinería y de una termoeléctrica. Y esto creó un infierno ambiental en esa zona que derivó en un sinfín de enfermedades, de las cuales la más grave es un aumento muy significativo y por encima de la media de los casos de cáncer y de las muertes de cáncer.
Y nosotros lo que demostramos con esta investigación es que el gobierno conocía perfectamente esta situación desde al menos el 2007, la contaminación de los pozos de agua potable por metales pesados. Y decidieron ignorar el problema y dejar a la gente morir, básicamente morir sola.
Noticias ONU: Lo ha dicho, los niveles de cáncer registrados en esta zona son mucho más altos en estos pueblos ubicados cerca de los pozos contaminados que en el resto del país, y siguen aumentando. La gente organizó manifestaciones. ¿Qué pasó a partir de ahí? ¿Qué hicieron las autoridades para acatar el problema con diligencia? ¿Qué es lo que está fallando?
Carlos Carabaña: A lo largo de los años hubo protestas por parte de la gente que fueron mayoritariamente ignoradas por parte del gobierno. Les hicieron un montón de promesas que iban incumpliendo una detrás de otra, una detrás de otra, una detrás de otra. El ejemplo más grave es el de las plantas potabilizadoras para los siete pozos de agua contaminada. Para empezar, hicieron cinco plantas para siete pozos, por lo cual dejas dos fuera. Luego las cinco plantas que construyeron las inauguraron con bombo y platillo y con fanfarrias. Dijeron ‘ya está todo arreglado’.
Promesas incumplidas
Pero ninguna llegó a funcionar realmente, y la gente de las comunidades pensaba que sí. Y entonces de repente te encuentras con vecinos que estuvieron involucrados en la construcción de estas plantas, que les dijeron a sus familiares y a sus amigos ‘Oye, ya se puede tomar el agua de los pozos’, porque se lo dijeron los del gobierno, que ya estaba bien. Cuando en realidad las plantas nunca funcionaron y siguieron mandando agua contaminada con metales pesados a la casa de la gente.
Noticias ONU: ¿Qué logró con este reportaje?
Carlos Carabaña: Nos propusimos, en N+ focus y N+ noticiero, intentar ayudar a las comunidades de ahí. Entonces les dimos una cobertura muy amplia a todas las protestas que hicieron posteriormente a la publicación del reportaje. Les acompañamos, hablamos con ellos. Siempre que venían a la Ciudad de México, cubríamos las actividades que hacían, preguntábamos al gobierno todo el rato qué estaban haciendo, si estás haciendo algo, no estás haciendo algo como una medida de presión. Y finalmente, el gobierno ha decretado que la presa Endhó es una zona de restauración ambiental. Es un decreto firmado por el presidente de México que reconoce la grave contaminación causada por gobierno y empresas en la zona y decreta una zona de restauración ambiental de 35.000 hectáreas. Esto significa que el Gobierno tiene la obligación legal ahora de hacer un plan de restauración para devolver la zona a la condición más similar a como estaba antes de que empezara todo esto.
Esto significa que ahora, el gobierno tiene ocho meses para hacer un plan concreto, con presupuesto, con acciones, con responsables y luego empezar a implementarlo. Y ellos han dado un plazo para que empecemos a ver mejoras de unos 12 años aproximadamente.
Noticias ONU: En mayo de este año, el tema de la conferencia del Día Mundial de la Libertad de Prensa organizada por la UNESCO en Chile, era ‘una prensa para el planeta’. En el contexto de la crisis ecológica global, el periodismo ambiental es crucial. ¿Cuáles son los principales problemas que enfrentan los periodistas al cubrir historias sobre el medio ambiente en este momento?
Nuestra responsabilidad
Carlos Carabaña: Yo creo que uno de los mayores problemas que tenemos es que el periodismo medioambiental tiene una parte muy importante de periodismo científico. Una parte muy importante que es poder explicar estos procesos que son complejos de una forma que se entienda, de una forma sencilla y directa. Y normalmente es muy complejo explicar la ciencia de una forma sencilla, porque siempre hay un montón de tecnicismos, un montón de palabras, un montón de cosas que es muy complejo de comunicar.
Pero creo que trabajando con científicos y de la mano de la academia podemos lograr eso y hacer un gran periodismo de divulgación medioambiental. Aparte, creo que el periodismo medioambiental además tiene una cosa muy importante: hay un aspecto muy político en él. Porque normalmente estos desastres, estos infiernos ambientales, no suceden de la noche a la mañana y por una acción de la naturaleza o algo así. Somos los seres humanos, las personas, los gobiernos, las empresas, los que tomamos decisiones los que creamos estos infiernos ambientales. Y también por eso es de nuestra responsabilidad llegar a intentar solucionarlos, mitigarlos o intentar pararlos en la medida de lo posible.
Noticias ONU: ¿Qué lecciones les puede dar su reportaje a los periodistas ambientales en otras partes del mundo?
Carlos Carabaña: Creo que hay una parte importante que es trabajar con las víctimas de estos infiernos ambientales y de estos problemas ambientales, porque muchas veces ellas, a la fuerza, la gente, las comunidades, se han vuelto expertos en lo que les afecta. Porque han aprendido en carne propia qué es lo que les está dañando y muchas veces tienen información, tienen estudios, pero lo que no tienen es un medio de llevarlo a la opinión pública. Y ahí es donde nosotros podemos ser el enlace, el link entre justamente este tipo de estudios que tienen ellos, este conocimiento, estas dificultades y la opinión pública para que llegue a conocer estos tipos de abusos y hacer presión para que se solucionen.
Noticias ONU: Según Reporteros Sin Fronteras, México sigue siendo el país sin guerra más peligroso para los reporteros. ¿Cómo vive esta situación? ¿Ha sufrido intimidaciones o teme represalias? ¿Cómo consigue ejercer el periodismo en México?
Carlos Carabaña: Lo cierto es que en mi caso particular, yo soy un periodista que vive en la capital de México y trabaja en un medio de comunicación grande, yo no he tenido agresiones por redes sociales o a lo mejor estando en campo te echan de algún sitio. Los periodistas que tienen dificultades en esto son los periodistas locales que trabajan en medios regionales y que trabajan en zonas de violencia, que están ahí siempre y que están amenazados tanto por el crimen organizado como por las autoridades que están en colusión con el crimen organizado. Ellos son los que realmente viven una situación terrible en México y son estas estadísticas terribles que vemos como, por ejemplo, los dos periodistas del que lleva el nombre este premio, Javier Valdez y Miroslava Breach, que fueron asesinados por hacer su trabajo en el norte del país.
Premio Breach/Valdez
Noticias ONU: ¿Precisamente era mi siguiente pregunta: qué significa para usted haber ganado este premio que es en honor a estos dos periodistas asesinados por su trabajo?
Carlos Carabaña: Pues la verdad es que es una responsabilidad muy grande ganar el premio de dos periodistas que son referentes morales, éticos y profesionales para todo el mundo en México. Te hace sentir primero un orgullo de haberlo recibido, y luego la responsabilidad de estar a la altura de lo que supone conseguir un premio que lleva el nombre de estas dos personas.
Noticias ONU: ¿Cómo se puede fortalecer la protección de los periodistas que tocan temas muy sensibles? ¿Tiene en mente algún ejemplo positivo?
Carlos Carabaña: La verdad es que es muy complejo porque muchas veces quienes están más involucrados en este tipo de agresiones que se ve por los informes son los servidores públicos. Servidores públicos que no les gusta que toquen sus intereses y que se coluden con crimen organizado y con delincuentes para agredir periodistas.
Y empezaría, yo creo, por una dignificación del periodismo desde las autoridades más federales, porque muchas veces atacan también la labor de los periodistas cuando no les gusta. A mí me ha pasado personalmente sacar un reportaje de una cosa que le conviene políticamente al gobierno y el gobierno lo retoma y lo utiliza. Pero cuando sacas con esa metodología un reportaje que hizo una cosa mala el gobierno en turno, el gobierno en turno lo ataca. Por ejemplo, si tú publicas un reportaje contra un megaproyecto y está todo documentado, lo que hace ese megaproyecto, esa institución, es que manda una carta a tu periódico o a tu canal de televisión para quejarse y mandar un desmentido sin desmentir nada. Esas microagresiones son las que hacen que hay un desprestigio de la profesión y que llegue a un punto en que digan ‘si realmente desde arriba no tienen ningún problema en atacar a periodistas, ¿porque lo voy a tener yo desde abajo?’
Noticias ONU: El premio le ha dado la oportunidad de viajar a Ginebra y reunirse con especialistas de derechos humanos en Naciones Unidas. ¿Con qué mensaje ha venido a la ONU y con qué mensaje a regresará a México?
Carlos Carabaña: El mensaje que queríamos traer era justamente poder involucrar a agencias internacionales en la defensa de estos problemas más locales. Y la verdad es que hemos encontrado una gran recepción por parte de las especialistas con quién nos hemos reunido aquí. Aparte hay dos relatores, el de Medio Ambiente y el de derechos humanos, que justamente tienen su base en México. Entonces nos vamos con la tarea de ponernos en contacto con ellos, hablar con ellos y de coordinar para que este viaje sirva justamente para lograr algo más para las comunidades.