En la Liga Americana, Aaron Judge está teniendo, según casi cualquier definición que importe, una de las mejores temporadas para bateador alguno en la historia del béisbol. Su producción es tan impresionante que llegar a 60 o más jonrones es de alguna manera un bono en lugar de la historia principal, lo que significa que incluso si termina con “sólo” 57 o 59, seguirá siendo uno de los mejores años que alguien haya visto. Ruthiano, podrías decir, dado que también lo está haciendo vistiendo el uniforme a rayas, pero incluso Babe Ruth solo tuvo una temporada mejor que esta.
En la Liga Nacional, Shohei Ohtani está teniendo un tipo diferente de campaña histórica, esta del tipo poder-velocidad, ahora que tiene 42 jonrones y 42 bases robadas. El hecho de que una mera campaña 40/40 – y tal vez 50/50 – no se considere sin duda como su mejor año general habla solo de lo que ha sucedido antes, cuando fue un lanzador de élite al mismo tiempo que un cañonero de élite. A él también lo han comparado a menudo con el gran Babe, dada su capacidad para lanzar y batear, pero Ohtani superó esa comparación hace años. Ruth realmente no bateó y lanzó al mismo tiempo durante mucho tiempo; y ciertamente nunca robó bases como Shohei.
Hemos hablado repetidamente sobre cómo el dominio de Ohtani en ambas facetas no tiene precedentes, y hemos preguntado más de una vez si está teniendo el mejor año de la historia. Eso, parece, debería haber sido suficiente para nosotros, como fanáticos del béisbol: el placer de saber que estamos viendo a un jugador en el tope de su carrera que ya ha superado las comparaciones con la figura más legendaria en la historia del juego. Pero Ohtani no está solo, porque Judge, que ya tiene una campaña histórica en su haber, ha entrado en la conversación con otra.
Al parecer, no es suficiente tener a un jugador histórico haciendo algo sin precedentes. Tenemos dos. Al mismo tiempo. No podemos pasar por alto lo especial que es eso.
Tenemos más de dos de esos jugadores en este momento, para ser justos, para no pasar por alto injustamente al dominicano Juan Soto, quien está teniendo el mejor año en lo que ya parecía que iba a ser una carrera histórica, o a Bobby Witt Jr., que está teniendo la combinación de poder, velocidad y defensiva que probablemente lo dejará eternamente dentro o cerca de las listas de “mejor temporada que no terminó con un JMV”. Gracias a Witt, vamos a tener múltiples peloteros de posición con un WAR de 10.0 en una campaña por solo la segunda vez en 75 años. No nos falta talento legendario en las Grandes Ligas en el 2024.
Sin embargo, con todo el debido respeto a ese par de estrellas, Ohtani está en su propio universo, dentro y fuera del terreno, y está difícilmente es su mejor temporada; esta será su sexta campaña de excelente a grandiosa. No se trata sólo de 2024. Judge ha dado 50 jonrones en tres ocasiones y está teniendo su séptimo año de excelente a grandioso: tampoco se trata solo de 2024. Estas son temporadas maravillosas, pero tampoco son excepciones, no realmente; son más bien como guindas adicionales en el pastel.
Eso es importante, porque mientras la historia del 2024 para Judge será su marcha hacia – o más allá de – los 60 vuelacercas nuevamente – lo que lo convertiría en solo el tercer jugador en hacerlo varias veces – o el hecho de que está teniendo lo que es, en este momento, la quinta mejor campaña ofensiva que alguien haya tenido, comparada con el promedio de la liga para ese año…