En la Audiencia General del miércoles 12 de noviembre, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV reiteró la centralidad de la paz como valor universal, al conmemorar el aniversario del fin de la Primera Guerra Mundial. Dirigiéndose a los peregrinos polacos, evocó la expresión de Benedicto XV, quien calificó aquel conflicto como una “matanza inútil”, y exhortó a custodiar la paz “con el corazón enraizado en el Evangelio, en el espíritu de fraternidad y de amor a la patria”.
El Pontífice vinculó el cierre de la guerra con el inicio de procesos de independencia para diversos pueblos, entre ellos el polaco, y subrayó la necesidad de mantener viva la memoria histórica como fundamento para la construcción de una convivencia fraterna. En su catequesis, afirmó que “la fraternidad es sin duda uno de los grandes desafíos para la humanidad contemporánea”, desmarcando esta noción de cualquier idealismo y proponiéndola como horizonte concreto de acción.
Durante los saludos en italiano, León XIV destacó el legado de la Madre Eliswa Vakayil, beatificada el sábado anterior en Kochi, India. Fundadora de la Tercera Orden de las Carmelitas Descalzas Teresianas, su labor en favor de la promoción de jóvenes en situación de pobreza fue presentada como referencia para quienes trabajan por la dignidad de la mujer en ámbitos eclesiales y sociales.
En otro momento de la audiencia, el Papa se dirigió a los fieles croatas de la diócesis de Gospić-Senj, que celebran el 25º aniversario de su fundación. Acompañados por su obispo, monseñor Marko Medo, recibieron un mensaje centrado en la vivencia concreta de la fe, entendida como atención al prójimo.
La intervención del Papa León XIV articuló memoria histórica, compromiso social y espiritualidad, en un llamado a sostener la paz y la fraternidad como tareas permanentes.