Con un discurso centrado en la necesidad de recuperar el espíritu fundacional de la cooperación interamericana, el nuevo Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) asumió funciones el 30 de mayo de 2025, marcando el inicio de un periodo que busca responder a desafíos crecientes en la región, con un enfoque en la acción, la eficiencia institucional y el fortalecimiento democrático.
Durante su mensaje de toma de posesión, el funcionario planteó una agenda estructurada sobre cuatro ejes: reconfiguración interna de la organización, comunicación estratégica, sostenibilidad financiera y atención directa a crisis políticas como la de Haití. El nuevo liderazgo fue otorgado tras un proceso de transición en el que sostuvo más de 150 reuniones con actores políticos, sociales, diplomáticos y técnicos, lo que alimentó su diagnóstico sobre la situación actual del organismo.
El discurso incluyó un reconocimiento a su antecesor, Luis Almagro, y un anuncio significativo: la colombiana Laura Gil será la primera mujer en ocupar el cargo de Secretaria General Adjunta. El nuevo secretario subrayó la necesidad de una OEA que, además de defender valores democráticos, se adapte a contextos cambiantes con estructuras más eficientes, alineadas y con mecanismos de respuesta concretos frente a fenómenos como el crimen organizado, la migración y el cambio climático.
Entre los anuncios clave destacó la creación de una unidad de gestión del cambio, el rediseño del organigrama institucional y una nueva estrategia presupuestaria para 2026. Estas medidas buscan responder a lo que calificó como baja moral interna, duplicidad de funciones y falta de representación geográfica en el cuerpo administrativo.
También propuso iniciar un debate sobre la eficacia de los órganos políticos de la OEA, planteando una revisión de agendas, dinámicas de trabajo y resultados obtenidos. En materia de comunicación, enfatizó que el impacto del trabajo de la organización debe ser visible para la ciudadanía del continente, mediante estrategias multiplataforma que incluyan interacción con universidades, sociedad civil y medios informativos.
Uno de los temas centrales del discurso fue Haití. El Secretario General anunció el relanzamiento del Grupo de Amigos de Haití, con la meta de acompañar una hoja de ruta que incluya un referéndum constitucional, elecciones generales y una estrategia de seguridad nacional, antes del 7 de febrero de 2026, fecha en que vence el actual esquema de transición política en ese país.
La visión presentada también plantea una mayor articulación con actores no estatales, incluyendo el sector privado, al que se reconoce como una pieza relevante para construir condiciones de legalidad, paz y desarrollo económico. Se propuso, además, la inclusión de temas como deuda externa y financiamiento climático en el discurso político de la organización, con mención a iniciativas como la de Bridgetown y el Índice de Vulnerabilidad Múltiple.
El Secretario General hizo énfasis en que la democracia en el continente enfrenta presiones por desinformación, polarización y corrupción, al tiempo que la violencia, la inseguridad y las brechas socioeconómicas generan efectos en los sectores más vulnerables. Por ello, reiteró la necesidad de que la OEA sea más que un foro diplomático, y que actúe como un puente entre los pueblos, promoviendo cooperación técnica, diálogo político y acciones directas sobre el terreno.
El discurso concluyó con una evocación a Simón Bolívar y un llamado a convertir esta etapa no en un simple cambio de administración, sino en el comienzo de una nueva era para la OEA: una era de colaboración efectiva y tangible en beneficio de los pueblos del hemisferio occidental.