En el debate sobre la despenalización del aborto en México, surgen preguntas sobre los verdaderos beneficios de esta medida para las mujeres y la sociedad. Tras 18 años de aborto legal en la Ciudad de México, la violencia, el abandono y el abuso siguen siendo problemas cotidianos para las mujeres, poniendo en duda la efectividad de esta «medida progresista».
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 3°, establece que «todo individuo tiene derecho a la vida, la libertad y la seguridad de su persona», un derecho que, según algunos sectores, debe aplicarse tanto a las madres como a sus hijos. Quienes critican la despenalización del aborto argumentan que no ha resuelto las necesidades más urgentes de las mujeres, quienes continúan enfrentando desafíos en materia de seguridad, salud y justicia.
Contrario a la creencia de que las mujeres que abortan son criminalizadas, los registros de la Ciudad de México indican que, de los más de 277 mil abortos públicos registrados, quienes están en prisión por el delito de aborto son, en su mayoría, hombres que han forzado o violentado a sus parejas. Esto subraya una preocupación sobre la desprotección de las mujeres en situaciones de abuso, planteando que la eliminación del delito de aborto del código penal podría ser un paso regresivo al no abordar las causas subyacentes de la violencia y la desigualdad de género.
Organizaciones que acompañan a mujeres embarazadas señalan que la verdadera necesidad de las mujeres va más allá del aborto. La vulnerabilidad que enfrentan las mujeres embarazadas, sin el adecuado apoyo gubernamental, subraya la falta de atención a cuestiones como la salud integral, la eliminación de la violencia obstétrica, y una justicia social más equitativa. Estas organizaciones enfatizan que se necesita una respuesta más humana, sensible y completa que incluya educación, salud de calidad y justicia verdadera para las mujeres.
La agenda prioritaria para las mujeres, según estas voces, debería enfocarse en combatir la inseguridad pública, garantizar acceso a servicios de salud —dado que problemas como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardíacas siguen siendo las principales causas de muerte—, asegurar oportunidades laborales sin discriminación y proporcionar educación de calidad. Asimismo, es fundamental el apoyo a las madres buscadoras, quienes exigen justicia y respuestas en los casos de desaparecidos.
Finalmente, los críticos argumentan que, si se busca una ciudad que sea verdaderamente vanguardista y un referente internacional, es crucial que se aborden primero las necesidades más urgentes de las mujeres y se trabaje por una reconciliación de México con la maternidad, en lugar de centrarse exclusivamente en la despenalización del aborto.