La Casa Blanca informó su intención de adoptar nuevas acciones contra el narcotráfico en la frontera sur, tras declaraciones recientes del presidente estadounidense, Donald Trump, quien aseguró que estaría “orgulloso” de ordenar ataques contra narcotraficantes en México. La postura generó fricciones con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien reiteró que no permitirá intervenciones militares extranjeras en territorio nacional.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señaló que el mandatario “está muy interesado en tomar medidas adicionales contra los cárteles de la droga” y que las opciones disponibles son evaluadas de manera constante por el equipo de seguridad nacional. Recordó que Trump prometió durante su campaña enfrentar a los cárteles y destacó las acciones emprendidas hasta ahora, aunque no precisó cuáles serían las nuevas medidas en consideración.
Leavitt reconoció la cooperación del gobierno mexicano en materia de seguridad fronteriza y narcotráfico, calificando los avances como significativos. Sin embargo, Sheinbaum subrayó que cualquier intervención militar de Estados Unidos solo podría ocurrir a petición expresa de México, descartando la posibilidad de aceptar operaciones unilaterales.
Las tensiones se intensificaron luego de que Trump declarara que estaría dispuesto a ordenar ataques directos contra grupos criminales en México. Desde septiembre, el gobierno estadounidense ha reportado más de 20 operaciones militares contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico en aguas del Caribe y el Pacífico, con un saldo oficial de 83 personas muertas.
El anuncio de la Casa Blanca abre un nuevo capítulo en la relación bilateral, en el que la cooperación en seguridad se combina con advertencias sobre posibles acciones unilaterales. La posición de ambos gobiernos refleja el desafío de enfrentar al narcotráfico sin comprometer la soberanía nacional ni la estabilidad regional.

