El pasado domingo, el Padre Julio César Fajardo Aguilar, rector del Templo de la Columna, ofreció una homilía cargada de profundidad teológica y urgencia espiritual. En su mensaje, dirigido a los fieles católicos, el padre Fajardo subrayó la importancia de comprender correctamente los textos apocalípticos del Evangelio y la necesidad de una preparación espiritual constante.
Reflexión sobre el Evangelio y la Escatología
El Padre Fajardo explicó que los textos apocalípticos, aunque dramáticos, no deben ser interpretados de manera literal. Señaló que frases como «la luz del sol se apagará» o «caerán las estrellas del cielo» no son predicciones de desastres cósmicos, sino símbolos que apuntan a realidades espirituales más profundas. Estos textos tienen la intención de preparar a los fieles para el fin de los tiempos, no con terror, sino con esperanza y confianza en la promesa de Dios.
La escatología, o el estudio de las últimas realidades, fue otro tema central en la homilía. El Padre Fajardo recordó que el tiempo, en la concepción cristiana, es una criatura de Dios con un inicio y un fin. Este fin no es motivo de miedo, sino de plenitud, ya que representa el cumplimiento del plan divino y la entrada a una vida eterna con Dios. «El fin de los tiempos para nosotros no será un día solo de angustia y terror, sino también un día de mucha esperanza,» afirmó.
Preparación Espiritual y Responsabilidad
Enfatizando la necesidad de estar preparados, el padre Fajardo comparó la vida cristiana con la realización de una tarea escolar. Así como un estudiante diligente se siente tranquilo y feliz cuando ha completado su tarea, los fieles deben vivir de tal manera que puedan presentarse ante Dios con la conciencia tranquila. «El último día es cuando el Señor llega y dice, hijos, la tarea. Y nosotros con mucho gozo podemos decir, sí la hicimos,» explicó.
El padre también subrayó que la preparación espiritual implica más que simplemente evitar el pecado; es un llamado a la acción y a la justicia. Ante las injusticias y sufrimientos del mundo, como la pobreza, la violencia y la enfermedad, los católicos deben responder con un clamor constante: «Ven, Señor Jesús.» Esta invocación no es una simple expresión de deseo, sino una manifestación de la fe en la llegada del Reino de Dios y un compromiso con la transformación del mundo según los valores del Evangelio.
Un Llamado a la Comunidad
El Padre Fajardo concluyó su homilía exhortando a los fieles a vivir con la mirada puesta en la eternidad, pero actuando con diligencia y compasión en el presente. «El fin de este tiempo que es una criatura no va a ser un momento solo de turbación, es un momento de mucho gozo y de mucha paz,» aseguró. Este mensaje contundente invita a la comunidad católica a reflexionar profundamente sobre su vida espiritual y a prepararse activamente para el encuentro definitivo con Dios, viviendo cada día con esperanza y responsabilidad cristiana.
La homilía del Padre Julio César Fajardo Aguilar es un recordatorio poderoso de que la fe católica no es solo una creencia pasiva, sino un llamado a la acción y a la preparación constante, con la certeza de que, al final, la plenitud y el gozo eterno nos esperan en la presencia de Dios.