El mundo del cine está de luto tras la muerte de Alain Delon, una de las grandes estrellas del cine francés y europeo, a los 88 años. Delon, nacido el 8 de noviembre de 1935 en Sceaux, Altos del Sena, falleció este 18 de agosto en su residencia en Douchy-Montcorbon, dejando tras de sí un legado cinematográfico incomparable.
Conocido por su carisma y presencia en pantalla, Delon fue un actor que marcó una época, convirtiéndose en un icono del séptimo arte. Su carrera abarcó más de cinco décadas, durante las cuales protagonizó películas que atrajeron a un total de 134 millones de espectadores, consolidándose como una figura de taquilla junto a otros grandes como Louis de Funès y Jean-Paul Belmondo.
A lo largo de su carrera, Delon trabajó con algunos de los cineastas más destacados del cine europeo y compartió escenas con leyendas como Jean Gabin, Simone Signoret, Romy Schneider y Lino Ventura. Entre sus películas más memorables se encuentran A pleno sol (1959), dirigida por René Clément; Rocco y sus hermanos (1960), bajo la dirección de Luchino Visconti; El eclipse (1962) de Michelangelo Antonioni; y El gatopardo (1963), también de Visconti. Su interpretación en El silencio de un hombre (1967), dirigida por Jean-Pierre Melville, es considerada una de las más icónicas de su carrera.
Delon no solo fue un actor, sino un símbolo de la elegancia y el estilo del cine europeo, influyendo en generaciones de actores y directores. Su muerte marca el fin de una era dorada del cine, pero su legado permanecerá en las pantallas y en el corazón de los cinéfilos de todo el mundo.
La noticia de su fallecimiento ha causado conmoción en Francia y en el ámbito cinematográfico internacional, donde se le recuerda como una figura irrepetible. Las reacciones no se han hecho esperar, con colegas y admiradores rindiendo homenaje a su talento y a la huella indeleble que dejó en la historia del cine.