Por: Pedro Hugo Montero
Por tercer día consecutivo, las relaciones entre México y Estados Unidos dominaron la agenda mediática, marcadas por tensiones, declaraciones contradictorias y un simbolismo político que parece tan estratégico como confuso.
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, anunció que impondrá un arancel del 25% a todos los productos de México y Canadá en 2025 si no se cumplen ciertas condiciones. Su objetivo: presionar para frenar la inmigración irregular y el tráfico de fentanilo. Además, amenazó con un arancel adicional del 10% para productos provenientes de China. Estas medidas no solo reviven tensiones comerciales de su primer mandato, sino que generan incertidumbre sobre el futuro del T-MEC y los vínculos económicos regionales.
En medio de este contexto, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, tuvo su primer diálogo directo con Trump. Según Sheinbaum, la conversación giró en torno a seguridad, migración y fentanilo. Sin embargo, Trump afirmó que Sheinbaum se comprometió a «cerrar efectivamente la frontera sur de Estados Unidos». Ante tal declaración, Sheinbaum respondió en redes sociales que su política no es cerrar fronteras, sino «tender puentes». A pesar de su intento por aclarar, el choque narrativo quedó en evidencia, y la confusión reinó tanto en los medios como en los mercados, que reaccionaron con fluctuaciones en el tipo de cambio.
De hecho los encabezados de los diarios exhibieron discrepancia pues mientras Milenio y El Financiero señalaron que México rechazó cerrar fronteras; El Sol de México afirmó que Sheinbaum frenará de inmediato a los migrantes, mientras que El Heraldo aseguró que acordaron contener la migración. Eso no importa a los migrantes pues insistirán y seguirán con su intención de llegar a Estados Unidos, y como siempre serán los perdedores. La Jornada, Reforma y Milenio confrontaron la postura de ambos mandatarios en sus titulares.
El Financiero y La Jornada destacaron que el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, señaló que debe haber tranquilidad pues el presidente electo de Estados Unidos solo está elevando la negociación y no impondrá aranceles. Todo parece indicar que si lo hará, pero en fin.
Milenio decidió llevar a primera plana la versión de la revista Rolling Stone de que el equipo del Presidente electo de Estados Unidos está analizando la opción de enviar tropas al sur de su frontera para exterminar a los cárteles de la droga. Realmente eso es lo importante, sería una invasión prácticamente de película, de hecho comentarios en redes, apuntaron que “lo mejor sería entregar a los políticos relacionados con el narco”
Contrastes y crítica
La caricatura de Hernández publicada en La Jornada retrata la discordancia. Sheinbaum, seria y con un teléfono móvil, piensa: «Qué bueno que le quedó claro que no se va a cerrar la frontera», mientras que Trump, sonriente y confiado, responde: «Qué bueno que le quedó claro que sí se va a cerrar la frontera». Esta representación satírica simboliza la brecha de comunicación y refleja la fragilidad de los acuerdos entre ambos líderes.
La narrativa de control de daños
Como medida para suavizar las críticas, Sheinbaum afirmó que el diálogo fue «amable» y que el tema de los aranceles no se abordó. Prometió continuar con estrategias de seguridad y colaboración binacional, pero su discurso no logró despejar las dudas ni generar confianza en la opinión pública. En contraste, otros medios como Rolling Stone señalaron que el equipo de Trump considera medidas extremas, incluyendo el despliegue de tropas estadounidenses en la frontera para combatir a los cárteles, así como “equipos” que asesinen a narcos.
A esto se sumó la solicitud de la senadora Lilly Téllez para que se publique el audio de la conversación, en un intento por disipar dudas. Sin embargo, la falta de transparencia alimenta la percepción de que Trump podría estar diciendo la verdad, lo cual debilita la postura de Sheinbaum y deja espacio para la especulación.
Una oportunidad perdida
El episodio revela un manejo político débil por parte de Sheinbaum frente a un Trump decidido a imponer su agenda. Aunque la presidenta insiste en que habrá «una buena relación», su falta de firmeza y claridad frente a las exigencias estadounidenses podría abrir la puerta a mayores presiones y concesiones en el futuro.
En este escenario, no solo se trata de preservar la soberanía mexicana, sino de articular una estrategia contundente que no permita que la narrativa de Trump domine la relación bilateral.
Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿está Sheinbaum preparada para enfrentar a un líder que ha demostrado su capacidad para manipular los términos del debate? Poco probable y se demuestra con sus reacciones como la siguiente: Alrededor de las 3 de la tarde, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, dio a conocer que “por instrucciones de la Presidenta Sheinbaum inició en el Centro Histórico (CDMX) la operación limpieza: 88 mil piezas de contrabando fueron aseguradas y serán destruidas por el IMPI. Es el inicio, Agradezco apoyo de la Policía CDMX y la Marina”, dejando en claro que estuvo algo fuerte el jalón de orejas que dio Trump a Sheinbaum o por lo menos si le leyó bien la cartilla.
Como escribió Salvador Camarena en El Financiero, habrá personas en Morena y el Gobierno que tengan la tentación de explotar el factor Trump para que sirva de coartada ante cada tropiezo que provoquen sus decisiones. Que será el eje de los pretextos, para no hacer las cosas o no hacerlas bien.