Por: Pedro Hugo Montero
El pasado 4 de diciembre de 2024, en el periódico El Economista, él caricaturista «Chavo del Toro«, publicó un cartón titulado » Marx (Arriaga) para principiantes«, en él ilustra a Marx Arriaga, director de materiales educativos de la SEP, caricaturizado con un semblante serio, vistiendo una camiseta roja con la imagen del «Che Guevara«. El título, es un juego de palabras entre el filósofo Karl Marx y el apellido de Arriaga. Una burbuja de texto dice: «El pobre es bueno, el rico es malo…«, y otra pregunta: «¿Y el pendejo?», en un tono irónico que parece criticar simplificaciones ideológicas en referencia al libro de Rius «Marx para principiantes«, en el que el autor buscaba acercar las ideas marxistas al público general con humor y pedagogía, el cartón parece criticar de forma irónica y más directa a Marx Arriaga por lo que podría interpretarse como una aplicación simplista de ideas políticas o educativas. El título del cartón claramente alude al estilo de Rius, usando la sátira para generar un comentario crítico sobre la figura caricaturizada.
La reacción de Arriaga Navarro, en su cuenta de X antes «Twitter» fue: «Me pregunto: ¿en esta nueva campaña negra en contra de los Libros de Texto y la NEM, qué papel juega el carroñero de @HugoSetzer y la @CANIEMoficial? ¿Querrán recuperar los 1,500,000,000 que perdió @santillanagrupo, @SMgrupo, @EdCastillo_MX y @trillasmx?»
Esta campaña negra a la que se refiere el funcionario tiene que ver con lo expuesto por La Silla Rota, en el que se informó que Marx Arriaga gastó 87 millones de pesos en la elaboración de una colección de Paulo Freire, pedagogo y educador de origen brasileño, y que la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG) embodegó, éste denunció y argumentó que la CONALITEG tiene una “estrategia neoliberal” de priorizar la entrega de material didáctico impreso por 20 empresas con “contratos multimillonarios” y no los 4 millones 320 libros de Freire que la SEP le compró a la editorial Siglo XXI Editores, S.A. de C.V. por más de 87 millones de pesos, dinero que, según Marx Arriaga, proviene de las políticas de ahorro de la Dirección de Materiales Educativos de la SEP, que él dirige.
Paulo Freire, ha sido reconocido por su enfoque crítico de la educación y su énfasis en la formación de individuos conscientes de su realidad social, pero algunos críticos lo han catalogado como un pensador marxista o incluso socialista, que por ahí va la carga ideológica, ¿es esta realmente la política de educación que pretende el gobierno de Sheinbaum? Todo parece indicar que sí, pues está dando continuidad al funcionario fuertemente criticado desde el sexenio anterior para completar con la “formación de niños con su carga de ideología política”.
Dentro de los 100 compromisos de Claudia Sheinbaum para su sexenio, destaca el número 15: “Vamos a continuar y a fortalecer los programas educativos de la Nueva Escuela Mexicana y los libros de texto gratuitos.” Sin embargo, a un año de su implementación, la estrategia enfrenta críticas severas. Problemas como la insuficiente capacitación docente, la ineficiente distribución de los libros y deficiencias estructurales han puesto en duda su capacidad de generar cambios duraderos.
Los Libros de Texto Gratuitos (LTG), diseñados para garantizar equidad educativa, también son motivo de controversia. Muchos maestros señalan dificultades prácticas, especialmente en escuelas sin conectividad ni recursos digitales. Además, datos recientes muestran que solo el 20% de los proyectos propuestos por los libros se concluyen, reflejando su escasa eficacia, particularmente en zonas marginadas.
El compromiso 37, “Haremos una república de lectores,” plantea metas ambiciosas como círculos de lectura, bibliotecas digitales y libros a bajo costo. Sin embargo, surgen dudas sobre la calidad de estos materiales. Un ejemplo preocupante sería la posible inclusión de una narrativa ideológica en los libros de historia o ciencias sociales, glorificando a la Cuarta Transformación y omitiendo cuestionamientos relevantes. Mientras hechos como ser el primer presidente de izquierda (Andrés Manuel López Obrador) o la primera presidenta mujer (Claudia Sheinbaum) merecen reconocimiento, otras narrativas podrían distorsionarse: desde el presunto fraude de 2006, ya desmentido, hasta el uso de recursos públicos y presiones en la última campaña presidencial.
Por último, el análisis del Consejo Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), eliminado durante este gobierno, reveló fallas graves en los LTG: poca planeación, ausencia de pruebas piloto y una carga excesiva de actividades inviables en el aula. Esto evidencia no solo improvisación, sino también una desconexión entre el diseño y las necesidades reales del sistema educativo.
La pregunta que queda en el aire: ¿se está educando para transformar o para adoctrinar? La respuesta podría definir el legado educativo de este sexenio.