Espada del Augurio…La Farsa de Piedra

by Enlace Noticias

Por: Pedro Hugo Montero

Durante su campaña para gobernador del Estado de México en 1999, Arturo Montiel usó una controvertida frase que señalaba su postura dura contra el crimen: “Los derechos humanos son para los humanos, no para las ratas”. Esta declaración, en la que se refería a los delincuentes con el término “ratas”, generó mucha atención y fue vista como una justificación para implementar medidas punitivas que podrían ignorar el respeto a los derechos humanos, particularmente en casos de criminales o sospechosos. Esta frase fue parte de una serie de anuncios que promovían una imagen de Montiel como candidato firme y enfocado en una política de «mano dura«​.

Hago mención de ello, porque si se habla de que la desaseada reelección de Rosario Piedra Ibarra, como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en la que   se le ha acusado de corrupción y falta de transparencia en la institución al grado que generó divisiones dentro de Morena. Aunque una mayoría en el Senado parecía respaldarla, algunos miembros preferían a Nashieli Ramírez, incluso la oposición votó por ella, quien aparentemente era la candidata de Sheinbaum, el hecho en sí demuestra que se trató de una farsa, tortuosa por cierto, que duró más de 12 horas, entre rumores y rebeldías que fueron atajadas de un solo golpe.

Lo anterior  es muestra de que en la lucha al interior de Morena por el poder, solo importan los designios del expresidente López Obrador, tal y como lo interpretó Calderón en su cartón del 14 de noviembre donde podemos ver a Adán Augusto López, con estética de vampiro, haciendo referencia a un escenario oscuro y siniestro con un medallón que dice 4T al cuello, sostiene una boleta de votación con la imagen de Rosario Piedra, a sus pies, un grupo de figuras con aspecto de gatos, se puede interpretar como los senadores, y al final una caricatura que se identifica perfectamente como de Claudia Sheinbaum. La frase “De Votos” aparece en la esquina, en letras verdes y goteantes, sugiriendo un juego de palabras entre «devotos» y «votos«. La escena explica claramente que la votación fue controlada en un ambiente poco democrático, por Adán Augusto, siguiendo las instrucciones de AMLO.

Durante su conferencia, que nadie ve, y sin pregunta de por medio, la Presidenta Sheinbaum señaló que ayer vio unos comentarios en redes sociales y opiniones de la comentocracia, a la que criticó rechazando que desde Palenque López Obrador está dictándole al Senado de la República, quien debía ser la presidenta de la CNDH. Afirmó que las y los senadores son mayores de edad y tienen atribuciones para decidir y demandó respeto a Rosario Piedra.

Efectivamente como dijo la presidenta, hubo más opiniones que seguimiento, de hecho El Heraldo de México denunció en ocho columnas que durante el primer periodo de Piedra Ibarra al frente de la CNDH, 98.5% de las quejas presentadas por la ciudadanía fueron ignoradas y solo se emitieron mil 270 recomendaciones contra funcionarios.

Por el “ardor” con el que hizo su comentario, creo identificar algunas columnas que en verdad le calaron, como la de:  Sergio Sarmiento en Reforma, en la que denuncia que por órdenes «de Palenque«, se reeligió a la peor candidata para proteger los derechos humanos en México, en un sentido similar la de Pascal Beltrán en Excélsior y Jorge Zepeda Patterson en Milenio.

O ¿sería la de Carlos Loret de Mola?,quien afirmó que la reelección de Piedra es la primera derrota de la Presidenta Sheinbaum y confirma que el expresidente López Obrador es diputado, senador y presidente al mismo tiempo.

O la de Raymundo Riva Palacio en El Financiero quien acusa que desde las sombras, el expresidente AMLO opera contra los intereses y necesidades de la Presidenta de México, no sólo en el caso de la Comisión de Derechos Humanos, sino también en las reformas que se están aprobando.

También es interesante la de Leo Zuckermann de Excélsior en la que coincide en que Piedra protegió y seguirá protegiendo al Ejército y especula que, en realidad, quizá de ahí surgió la propuesta de reelegirla.

El consenso general de la sociedad lo retoma Julio Hernández de La Jornada, quien también descalifica lo que llama la imposición de Rosario Piedra, lamenta la deshonra que se exhibió en el senado por el grupo mayoritario y anticipa que la CNDH será ineficaz.

¿Entonces quién manda? Ella dice que fue decisión del Senado, Morena apuntaba que por el bien de México y el partido serían más inteligentes y atenderían las quejas e inconformidades de la poca sociedad a la que dicen tomar en cuenta, e incluso para quitarle negativos a Morena.

Ya vimos que no fue así, si Sheinbaum se mostró molesta por comentarios en redes sociales y columnistas, ¿quiere decir que es verdad? Lo que proyectan con sus decisiones, genera la percepción de que quien realmente manda es AMLO. ¿Qué le conviene más a su gobierno seguir sometido a López Obrador o gobernar con su criterio propio? Se ve complicado, porque tiene demasiados flancos que atender, al interior del partido, de su gobierno, lo que queda de oposición y del exterior principalmente Estados Unidos y en específico Trump.

Hay que recordar que Rosario Piedra Ibarra ha sido objeto de fuertes críticas durante su gestión como presidenta de la CNDH desde 2019. Las organizaciones de derechos humanos y algunos sectores políticos han cuestionado su independencia y objetividad, señalando que la CNDH ha mostrado cierta cercanía con el gobierno, lo que consideraron problemático para una institución que debe ser autónoma y defensora imparcial de los derechos humanos.

Además, han expresado que el organismo, en lugar de emitir recomendaciones oportunas contra abusos, ha minimizado o evitado investigar temas delicados como la violencia de género o el espionaje del gobierno con Pegasus, incluso exculpando a las autoridades, incluido el Ejército​. Por lo tanto el planteamiento de Zuckermann, es respaldado por la historia reciente.

El resultado de la designación exhibe la crisis interna en Morena y su falta de consenso, deja a Sheinbaum en una posición difícil. La pregunta es clara: ¿puede su gobierno avanzar bajo la sombra de AMLO? Las divisiones internas, las críticas de la sociedad y los retos externos, como la presión de EE.UU., son solo algunos de los desafíos que enfrenta.

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