Espada del Augurio…Jorge Romero: Entre la controversia y el reto de reconstruir al PAN

by Enlace Noticias

Por: Pedro Hugo Montero

El pasado 10 de noviembre, Jorge Romero Herrera fue electo como dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN) en un proceso interno que dejó más dudas que certezas. Con una abstención del 65% de la militancia, según Reforma y El Financiero, y críticas sobre su legitimidad por parte de su contrincante Adriana Dávila, la elección estuvo marcada por incidentes, descontento y cuestionamientos. A esto se sumaron señalamientos de La Jornada, que lo etiquetó como líder del llamado «Cártel Inmobiliario«.

Viejos Aliados y Nuevas Intrigas

Trascendió que al festejo por la victoria acudieron viejos panistas enfrentados con la dirigencia de Marko Cortés, quien, por cierto, no apareció en ninguna fotografía. ¿Fue un deslinde? Pareciera que sí. Entre los asistentes destacaron Germán Martínez, el exsubsecretario de Gobernación Roberto Gil y el exvocero de la Presidencia Max Cortázar. Esto puede interpretarse de dos maneras: un genuino interés por reconstruir el partido en unidad o la necesidad de alinearse con el ganador para asegurar un puesto. 

Sin embargo, quien se robó el festejo, los reflectores y la atención tanto de los panistas como de los medios fue una «invitada» ¿especial?, ¿De parte de quién llegó? Se trató de la no panista, exverde ecologista y ¿todavía priísta? Oportunista, sin duda. Alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, ganó en el «aplausómetro» y terminó eclipsando la celebración.

Al día siguiente de su elección Jorge Romero concedió entrevistas, y destacó la que tuvo con Ciro Gómez Leyva, en la que anunció que buscaría el diálogo con la presidenta Sheinbaum, quien en su conferencia le cerró la puerta a la interlocución, al iniciar una ofensiva en contra del recién electo dirigente de Acción Nacional. E intentó “amarrar navajas”, dijo que habría que preguntarle a Felipe Calderón qué opina sobre Jorge Romero. Para respaldar su postura, citó lo que el expresidente escribió sobre el nuevo dirigente nacional del PAN en su libro «Decisiones Difíciles«.

Además, acusó a Jorge Romero de ser el líder del llamado «cártel inmobiliario«, señalando que pertenece a un grupo corrupto con el que tuvo contacto durante su gestión en la Ciudad de México. La mandataria también destacó que Romero representa al conservadurismo, un sector que, según ella, aún no define si está a favor o en contra de los programas sociales. Finalmente, señaló que Acción Nacional no logró concretar una verdadera renovación en su liderazgo. ¿Pues no que ella no se iba a meter en la política? Parece que sí, porque tan sólo en esta semana le dedicó 3 espacios en su conferencia y le confirmó que ella no dialogará con él, que para eso está la Secretaría de Gobernación.

Las huestes de Morena, ahora bajo el liderazgo de Sheinbaum, mostraron ser promotoras del pecado capital de la envidia. Este no solo implica desear lo que otro tiene, sino también querer que el otro pierda lo que posee, una actitud que parece estar profundamente arraigada en el discurso de AMLO. Al expresidente le molesta que, en la alcaldía Benito Juárez, la gente «siempre vote por el PAN, como si se tratara de buenos gobernantes, honestos, trabajadores«. Esto ignora y minimiza que la alcaldía Benito Juárez cuenta con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 0.908, superior al promedio nacional de 0.781.

En este contexto, diputados de Morena en el Congreso de la Ciudad de México exigieron una investigación sobre el supuesto involucramiento de Jorge Romero, en el llamado «Cártel Inmobiliario«. La presidenta afirmó no conocer esta petición y recordó que las fiscalías son autónomas, por lo que el gobierno no interviene en la parte penal ni en la presentación de denuncias formales. No obstante, subrayó que es su deber hacer públicas las acusaciones relacionadas con el enriquecimiento del PAN en la alcaldía Benito Juárez a través de la corrupción inmobiliaria, algo que, según ella, es de conocimiento público. En otras palabras ella prefiere hacer caso a los chismes que a las leyes. ¿Esto nos espera con los jueces del bienestar? Al parecer sí.

La presidenta también mencionó que personas cercanas a Jorge Romero en su gestión fueron investigadas en su momento por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX). A pesar de esto, no existen denuncias formales al respecto, solo «rumores y filtraciones» provenientes de periodistas como Álvaro Delgado, quienes han etiquetado y juzgado a Romero con base en información limitada. Estas “acusaciones” han influido en la caricatura política, donde se ha pretendido construir una «imagen» de Romero asociada a prácticas corruptas. En un solo día 6 cartones, de los 4 fueron de La Jornada; en días subsecuentes, siguieron en ese y otros medios, pero con menor intensidad. Curiosamente, en estos cartones políticos, no se critica su apariencia, pues lo dibujan «bien parecido«. Al no encontrar defectos físicos en los cuales enfocar la sátira, los caricaturistas recurren a vincularlo con edificios y otros símbolos de corrupción inmobiliaria.

Finalmente Jorge Romero, fue paciente e inteligente, al responderle a la Presidenta que en el ámbito de la denuncia pública, que haga sus denuncias públicas de los casos: Segalmex; las propiedades de Manuel Bartlett; los contratos del Tren Maya atribuidos a conocidos de familiares de ya sabemos quién; los sobres de dinero que recibieron familiares de ya sabemos quién para apoyar un movimiento; así como su denuncia pública sobre los meses de inseguridad y violencia que se viven en Sinaloa.  Hasta ahí lo anecdótico. Reiteró su disposición al diálogo y le recordó que la Patria es primero.

Los Retos del Nuevo Líder Panista

Jorge Romero enfrenta un desafío monumental: consolidar la unidad dentro de un PAN fragmentado, abrir espacios a nuevas generaciones, fortalecer la inclusión y construir una agenda opositora eficaz. Su liderazgo será puesto a prueba no solo por la presión interna, sino también por la ofensiva de Morena y los reflectores que seguirán cada uno de sus pasos.

Su meta es clara: posicionar al PAN como una fuerza política capaz de ganar en 2027 y construir los cimientos para 2030. Pero el camino está lleno de obstáculos, y su capacidad para manejar las tensiones será decisiva para el futuro del partido y de su propia carrera política.

También sabe que al confeccionar una oposición enfrentará retos y presiones, que ya tiene perfectamente identificados y no se dejará intimidar, y defenderá la libertad para construir un mejor país.

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