Pedro Hugo Montero
El martes pasado, Martí Batres, presentó su Sexto Informe de Gobierno, o mejor dicho el segundo informe de labores que presenta como suplente de la hoy Presidenta Electa, Claudia Sheinbaum.
Si bien Martí Batres ha intentado proyectar una imagen de resultados positivos y lucha contra la corrupción, la realidad presenta un panorama más matizado, por no decir en franca oposición. Por un lado, ha habido ligeros avances en áreas como la seguridad y la infraestructura, pero por otro, persisten dudas sobre su manejo, y la atención de problemas graves como la crisis en los hospitales, la alerta sísmica fallida y la contratación de empresas con historial dudoso. Además, las tensiones internas en Morena y los retos que señala la oposición reflejan que su gestión aún enfrenta grandes carencias.
Por ejemplo la ciudadanía y la oposición han señalado que aún persisten desafíos importantes.
La oposición en la CDMX ha criticado la falta de una estrategia integral de seguridad que abarque todas las alcaldías, y apunta a que los delitos siguen siendo un problema, particularmente en algunas zonas más marginadas.
Las cifras de reducción de delitos presentadas por Batres pueden ser ciertas en algunas áreas, pero la percepción pública no coincide del todo. La criminalidad y la inseguridad, según se denuncia en medios y la gente lo percibe, continúan siendo problemas significativos que afectan la vida cotidiana en la ciudad. A esto se suma la crítica sobre las acciones tardías en crisis como la de los hospitales.
El grupo de Morena en el Congreso de la CDMX elogió a Batres por enfrentar la corrupción de manera directa y firme, destacando sus esfuerzos por limpiar áreas del gobierno que históricamente han sido problemáticas. Se subraya su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas.
Sin embargo, esta afirmación se enfrenta a cuestionamientos importantes, como la contratación de empresas reprobadas, que sugiere una falta de coherencia entre el discurso anticorrupción y las acciones del gobierno. Aunque Batres ha promovido esta narrativa, las controversias alrededor de ciertos contratos y las quejas sobre manipulación política en elecciones internas de Morena ponen en duda el alcance real de su lucha contra la corrupción y más cuando se permite el cobro de derecho de piso, o ejecutan acciones, como “clausuras” sin fundamentos legales, como sucedió en la plaza Izazaga 89.
Aunque Batres ha mostrado públicamente su apoyo a los derechos de las mujeres, su gobierno ha sido criticado por cómo se han manejado las protestas feministas en la CDMX. En varias ocasiones, las manifestaciones feministas han sido reprimidas, lo que ha generado acusaciones de falta de sensibilidad hacia los movimientos de mujeres. Algunos consideran que la respuesta a estas protestas no ha sido congruente con su discurso de apoyo a los derechos humanos y el feminismo.
La reforma de la Constitución de la Ciudad de México ha sido otro tema delicado. Algunos sectores han acusado a Batres de falta de transparencia en la implementación de ciertas normativas derivadas de esta reforma, que buscan modificar aspectos importantes de la gobernabilidad de la ciudad. Aunque Batres ha defendido la reforma, argumentando que se trata de fortalecer la estructura de la ciudad, algunos grupos políticos y civiles han señalado que ciertas disposiciones pueden reducir la autonomía y participación de sectores no alineados con Morena, lo que si se identifica es su intención de popularizar zonas residenciales, y dejar el andamiaje para el desarrollo del Cártel Inmobiliario del Segundo Piso de la 4T, de hecho inversionistas del sector inmobiliario ya optaron por llevarse su dinero a otras entidades.
Martí Batres ha tenido una relación a veces compleja con grupos sindicales y movimientos sociales en la Ciudad de México, de hecho aseguró que nunca llevará a los penales a dirigentes sociales ni campesinos y matizó al señalar como lo hicieron gobiernos anteriores, ¿no se dio cuenta que la izquierda lleva gobernando la CDMX más de 27 años?
Aunque se le reconoce como una figura de izquierda con cercanía a estos grupos, ha sido criticado por no atender adecuadamente las demandas de ciertos sectores, como los trabajadores del GCDMX y los transportistas. Como en todo gobierno algunos sindicatos han expresado descontento por lo que perciben como falta de diálogo o respuestas insatisfactorias a sus demandas, lo que ha generado protestas que Batres ha enfrentado en su administración.
La decisión de si fue un buen y objetivo informe de gobierno es de usted estimado lector, desde su percepción y del entorno, al salir a trabajar o regresar a casa, ¿se siente seguro?, ¿Es adecuado el tiempo de traslado?, ¿hay mejores servicios públicos?, ¿se ha combatido a la corrupción? ¿Realmente el Sistema de Salud de la CDMX, es como el de Dinamarca? Al menos es último punto lo considero nos solo una burla, sino una ofensa.