El esperado regreso de Aaron Rodgers a los emparrillados no tuvo el desenlace que los New York Jets y sus fanáticos deseaban. En su debut de temporada tras una larga recuperación de la lesión en el tendón de Aquiles, Rodgers mostró destellos de su talento, pero no pudo evitar la derrota por 32-19 ante unos San Francisco 49ers que se impusieron con autoridad.
Rodgers completó 13 de 21 pases para 167 yardas, lanzó un touchdown y fue interceptado una vez. Aunque en algunos momentos dio señales del jugador que ha maravillado a la NFL durante más de una década, la férrea defensa de los 49ers y el dominio en el juego terrestre terminaron inclinando la balanza a favor del equipo californiano, que no contó con su corredor estelar, Christian McCaffrey, pero encontró un héroe inesperado en Jordan Mason.
Primer cuarto: Un arranque prometedor para los Jets
El inicio del partido mostró a un Rodgers preciso y confiado. En la tercera serie ofensiva de los Jets, el mariscal lideró una impresionante ofensiva de 12 jugadas y 70 yardas, coronada por un touchdown de tres yardas de Breece Hall, quien devolvió la esperanza a los neoyorquinos. Rodgers fue clave en esa serie, completando 7 de 8 pases para 60 yardas, con jugadas claves a Garrett Wilson que mantuvieron las cadenas en movimiento. Este impulso llevó a los Jets a una ventaja inicial de 7-3.
Sin embargo, San Francisco rápidamente respondió con su característico juego físico. Con un control absoluto del tiempo y del balón, los 49ers encontraron en Deebo Samuel a su primer anotador de la noche, con un acarreo de dos yardas que les permitió retomar la delantera 13-7.
Dominio de los 49ers: Mason brilla en ausencia de McCaffrey
San Francisco demostró su versatilidad al suplir la ausencia de McCaffrey con una gran actuación de Jordan Mason. El joven corredor acumuló 147 yardas en 28 acarreos, anotando un touchdown y siendo la principal arma ofensiva de los 49ers. Mason fue la pieza fundamental en las largas y efectivas marchas terrestres que agotaron a la defensa de los Jets y les permitieron controlar el ritmo del partido.
Con un dominio absoluto del juego terrestre, San Francisco acumuló 210 yardas en la primera mitad, aprovechando cada oportunidad y sumando puntos en las últimas cuatro posesiones de esa mitad. Al descanso, los 49ers ya se encontraban 16-7 arriba y listos para ampliar la diferencia.
Segundo tiempo: Rodgers intenta la remontada
En el tercer cuarto, Aaron Rodgers intentó liderar una remontada. Con el marcador en contra 26-7, el veterano quarterback conectó un espectacular pase de 26 yardas a Allen Lazard, y poco después, volvió a encontrar a Lazard para un touchdown de 36 yardas. Con ese pase, Rodgers alcanzó su 476.º pase de touchdown en su carrera y el 18.º en una jugada libre, una muestra de su maestría en situaciones complicadas. A pesar de ello, los Jets fallaron en el intento de conversión de dos puntos, dejando el marcador 26-13.
Aunque Rodgers y los Jets lograron acercarse, la defensa de los 49ers mantuvo la presión, con una captura clave de Leonard Floyd que frenó el impulso neoyorquino. Con una ofensiva incapaz de retomar el control y una defensa que no pudo contener el juego terrestre de San Francisco, las posibilidades de los Jets de remontar se diluyeron rápidamente.
Conclusión: Un reto por delante para los Jets
A pesar de los esfuerzos de Rodgers, los Jets no lograron controlar los errores. Un margen de pérdidas de balón de -2 y la falta de eficacia defensiva ante el ataque terrestre de San Francisco fueron determinantes. Los 49ers, por su parte, aprovecharon cada oportunidad para extender la ventaja y mantener el control total del encuentro.
El entrenador en jefe de los Jets, Robert Saleh, fue directo tras la derrota: «Jugaron mucho mejor que nosotros. Tenemos que ser mejores». Ahora, los Jets viajarán a Tennessee en la Semana 2, donde buscarán ajustar los errores y ofrecer una mejor versión de su juego.
Los 49ers, mientras tanto, demuestran que son serios contendientes para repetir su éxito en la NFC, comenzando la temporada con una contundente victoria a pesar de la ausencia de una de sus estrellas principales.