En un mensaje dirigido al seminario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el Papa León XIV subrayó la necesidad de una evangelización centrada en el acompañamiento de las familias contemporáneas, evitando una interpretación normativa de la vida cristiana.
El Pontífice afirmó que en el Evangelio se encuentra la luz que puede ayudar a familias heridas o distanciadas de la fe, y pidió a la Iglesia convertirse en “pescadora de familias”. Propuso que, en lugar de presentar la vida cristiana como un sistema de preceptos, se dé testimonio de la gracia del matrimonio a través del ejemplo cotidiano, especialmente ante quienes optan por la convivencia fuera del matrimonio sacramental.
Durante su mensaje al seminario titulado “Evangelizar con las familias de hoy y de mañana. Desafíos eclesiológicos y pastorales”, León XIV planteó que muchos jóvenes no rechazan la fe, sino que buscan relaciones auténticas y guías espirituales con quienes identificarse. Señaló que la comunidad eclesial debe adoptar una postura más cercana a quienes se sienten excluidos o alejados, para mostrar de forma concreta el significado de la vida cristiana.
El mensaje papal advierte sobre el riesgo de reducir la religión a una experiencia moralista, al tiempo que llama a evitar la privatización de la fe. León XIV cuestionó la presentación tradicional de la vida cristiana como un conjunto estricto de normas, sugiriendo que esto puede alejar a quienes buscan una experiencia personal con lo trascendente.
El Papa también se refirió al entorno cultural actual, en el que los modelos de vida se difunden a través de redes sociales, las cuales calificó como potencialmente positivas, pero también como vehículos de mensajes que —dijo— pueden resultar engañosos.
El seminario, celebrado en el Palacio de San Calixto hasta el 3 de junio, forma parte de las actividades organizadas tras el Jubileo dedicado a familias, niños, abuelos y ancianos. En ese contexto, León XIV reiteró que el papel de la Iglesia no debe limitarse a formular respuestas rápidas, sino a acompañar con paciencia, considerando los desafíos específicos de cada generación.
Finalmente, el Papa sostuvo que ayudar a las familias a vivir en comunión requiere renovar la propia identidad de creyentes y propiciar un entorno donde se escuche con apertura la propuesta del Evangelio.