En el Congreso de la Unión se abrió un debate cargado de humanidad y sensibilidad social, luego de que el diputado Mario Alberto López Hernández, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), presentara una iniciativa para reformar la Ley Federal del Trabajo con el propósito de garantizar a las y los trabajadores cinco días hábiles de permiso con goce de sueldo en caso de fallecimiento de un familiar en primer grado de consanguinidad o afinidad.
La propuesta, enviada a la Comisión de Trabajo y Previsión Social, contempla además que, cuando el deceso requiera desplazamiento a otra entidad federativa o país, el trabajador pueda solicitar hasta tres días adicionales, siempre que justifique el traslado. Con ello, se busca dar respuesta a una de las carencias más notorias de la legislación laboral: la atención adecuada al duelo.
En su exposición de motivos, López Hernández subrayó que la muerte de un ser querido provoca un impacto emocional, físico y social que interfiere de manera significativa en la vida cotidiana, incluida la capacidad de cumplir con las funciones laborales. Sin embargo, lamentó que muchas personas trabajadoras se vean obligadas a reincorporarse a sus actividades apenas al día siguiente del fallecimiento, lo que calificó como una forma de violencia institucional silenciosa y normalizada.
El legislador recordó que el duelo es un proceso psicológico universal y que la psiquiatría moderna, la psicología clínica y la medicina coinciden en que se requiere tiempo, espacio emocional y apoyo social para transitarlo de manera saludable. Incluso el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales reconoce que un duelo no resuelto puede derivar en padecimientos graves como depresión mayor, ansiedad generalizada o trastorno de duelo prolongado.
Negar ese tiempo mínimo, advirtió, incrementa el riesgo de afectaciones mentales y físicas, dejando a las y los trabajadores en situación de vulnerabilidad frente a un evento tan humano como la muerte. Entre las consecuencias laborales del duelo no atendido mencionó la disminución del rendimiento, errores por distracción emocional, enfermedades psicosomáticas, desmotivación, riesgos de accidentes —especialmente en sectores con maquinaria pesada o transporte— y renuncias o ausencias injustificadas a mediano plazo.
La iniciativa busca establecer de manera clara y obligatoria el derecho al permiso por duelo como una medida básica de humanidad y dignidad en el trabajo. López Hernández enfatizó que esta reforma se alinea con los principios de dignidad humana, salud emocional y equidad consagrados en la Constitución y en tratados internacionales. “Representa una reforma modesta, pero profundamente significativa para millones de trabajadores y trabajadoras que, en un momento de profundo dolor, merecen el respaldo de su entorno laboral”, concluyó.

