En el corazón de Green Bay, donde los sueños de 32 franquicias se entrelazan con los destinos de decenas de jóvenes promesas, los Raiders de Las Vegas dieron el golpe que retumbó hasta el desierto de Nevada: Ashton Jeanty, el titán terrestre de Boise State, fue elegido con la sexta selección global del Draft 2025.
El azul eléctrico del césped de los Broncos se funde ahora con el plateado y negro de los Raiders, en una transición tan simbólica como esperada. Durante semanas, los rumores colocaban a Jeanty en Las Vegas, pero nadie imaginó que la historia tendría tintes tan personales: fue el propio hijo del gerente general John Spytek quien advirtió en tono jocoso que se «saldría de la familia» si su padre no seleccionaba al número 2 de Boise. Un gesto que, más allá del humor, reflejaba el consenso que despertaba el talento del corredor.
Pete Carroll, el legendario coach que ahora guía los destinos de los Raiders, no lo dudó. Y el desierto, sediento de talento ofensivo tras la partida de Josh Jacobs, recibió a su nuevo mesías del backfield.
¿La magnitud del movimiento? Enorme. Jeanty es el corredor elegido en la posición más alta desde que Saquon Barkley lo fuera en 2018. Su currículum impresiona: 2,601 yardas terrestres en 2024, el premio Doak Walker al mejor corredor del país, y el Maxwell Award como el jugador más completo. Pero más allá de los números, Jeanty juega como si bailara sobre la línea de golpeo. Su mezcla de agilidad, potencia y visión lo convierte en un espectáculo imparable.
Las comparaciones con LaDainian Tomlinson y Barry Sanders no son gratuitas: el muchacho de 1.73 metros y 95 kilos posee esa rara habilidad de hacer que los defensores desaparezcan con un solo recorte. Si bien no presume de velocidad punta letal, sus recortes en espacios reducidos dejan a los ojeadores con la mandíbula colgando.
En tres años en Boise, acumuló 4,769 yardas y 50 touchdowns por tierra, más otras 862 yardas y seis anotaciones como receptor. En 2024, se quedó a las puertas del mítico récord de Barry Sanders, y no es poca cosa.
Las Vegas lo necesita como el aire. El equipo terminó último en yardas terrestres en 2024, con un ataque predecible y carente de chispa sin Jacobs. Jeanty no solo llena un hueco, promete convertirse en la piedra angular de un nuevo proyecto: uno que busca dejar atrás tres temporadas perdedoras y devolverle identidad a una franquicia con mucha historia y pocos presentes.
Sí, hay riesgos: nueve balones sueltos en dos temporadas no son detalle menor, pero si alguien sabe disciplinar el talento crudo y convertirlo en dinamita pura, ese es Pete Carroll.
La NFL, que apenas el año pasado ignoró a los corredores en la primera ronda, ha cambiado de tono. La resurrección de la posición parece tener en Jeanty su máximo exponente. Las críticas que recibieron Falcons y Lions por Bijan Robinson y Jahmyr Gibbs hoy son elogios. Y Las Vegas espera escribir una historia aún más brillante.
El reloj ya corre, y los Raiders tienen su nuevo número 1. Que comience el espectáculo.