A dos años de la elección por la gubernatura de Aguascalientes, un sentimiento domina el ánimo ciudadano: la incertidumbre. El más reciente estudio de opinión pública realizado por la casa encuestadora Rubrum revela que casi la mitad de la población (49%) aún no decide por quién votará, una señal de desafección política y desconexión con las figuras tradicionales.
Este dato no es menor. En un estado históricamente identificado con el PAN, la falta de definición del electorado habla de un cambio de época: una ciudadanía más crítica, más exigente y menos identificada con los partidos. Las preferencias actuales colocan al PAN con el 31.1% de intención de voto, seguido por Morena con 27.1%, y en un sorpresivo tercer lugar a Movimiento Ciudadano (MC) con 14.4%. El PRI, otrora fuerza dominante, apenas alcanza un 3.5%.
El desinterés tiene rostro
¿Qué nos dice este panorama? Que miles de aguascalentenses no encuentran en los partidos una opción que les represente de manera genuina. El fenómeno no es nuevo, pero sí se intensifica. La falta de liderazgos cercanos, propuestas claras y compromisos sociales firmes ha generado una brecha entre la política institucional y la vida cotidiana de las personas.
Es en este vacío donde los liderazgos internos comienzan a perfilarse. En el PAN, Toño Martín del Campo se posiciona como favorito con un 57.8% entre panistas, superando a Leonardo Montañez (31.4%). En Morena, la contienda es más cerrada: Nora Ruvalcaba encabeza con 42.4% frente a 37.8% de Arturo Ávila, una competencia que refleja la pugna interna por el rumbo del partido en el estado. Por su parte, en MC, Lorena Martínez tiene una intención interna del 47.6%, aunque el 52.4% de las personas consultadas prefiere otras opciones.
Más allá de los porcentajes
Este no es solo un juego de números. Cada cifra representa a personas con preocupaciones reales: la inseguridad que se vive en colonias populares, la falta de empleo estable, los retos del acceso a la salud, o la migración de jóvenes que no ven futuro en su tierra. La política, al parecer, no ha logrado tocar esas fibras con la suficiente fuerza.
Rubrum subraya que el estudio fue realizado mediante 1000 entrevistas telefónicas automatizadas, con un margen de error de ±3.8%. Pero el mayor margen no está en lo estadístico, sino en lo emocional: la distancia creciente entre los discursos políticos y las necesidades sociales.
El reto para los partidos
Aguascalientes enfrenta un punto de quiebre. Los partidos políticos tienen dos años para reconectar con la gente o enfrentar un proceso electoral marcado por la apatía. El capital político más valioso en este momento no es la estructura, ni la publicidad, sino la capacidad de escuchar y representar auténticamente a la ciudadanía.
En la antesala de 2027, las campañas no solo deberán ofrecer propuestas, sino reconstruir el vínculo con una sociedad que exige más que promesas: quiere soluciones reales, cercanas y humanas. De eso dependerá quién logrará finalmente conquistar el voto de una ciudadanía que, por ahora, ha decidido guardar silencio.