La adopción de hábitos saludables con ejercicio, dieta balanceada, así como evitar el consumo de alimentos altos en azúcar, sodio y grasas saturadas, pueden lograr que un paciente con obesidad mejore su salud y prevenga enfermedades como diabetes e hipertensión.
En el marco del Día Mundial de la Obesidad, Luis Jaime Espinoza Castellón, coordinador del Programa de Enfermedades Cardiometabólicas de la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM), explicó que la obesidad es una enfermedad crónica, caracterizada por aumento patológico de la grasa corporal, la cual dependiendo de su magnitud y de su ubicación topográfica va a determinar riesgos de salud que limitan las expectativas y calidad de vida.
La obesidad se clasifica de acuerdo al Índice de Masa Corporal (IMC), medida que se obtiene al dividir los kilogramos de peso por el cuadrado de la estatura, y si la medida ronda entre 18,5 a 24,99 corresponde a un paciente dentro de los índices de peso normales, de 25 a 29.99 se considera con sobrepeso, de 30 a 39.99 es obesidad y de 40 en adelante se clasifica como obesidad mórbida.
De no tratar a tiempo esta enfermedad, el paciente tiene un riesgo inminente de padecer diabetes, hipertensión o ser propenso a accidentes cerebrovasculares que pueden provocarle secuelas de por vida o incluso la muerte a la persona, por lo que deben estar bajo estricto control médico.
Actualmente la SSM tiene un registro de 12 mil 787 pacientes en vigilancia por obesidad en sus 364 centros de salud y 27 hospitales, de los cuales la gran mayoría se encuentran adscritos al Grupo de Ayuda Mutua (GAM), dirigidos a la población en riesgo para desarrollar alguna enfermedad cardiometabólica, donde se realizan actividades educativas como talleres de nutrición, actividad física, monitoreo de signos vitales y se estimula a mantenerse en parámetros de control.
El diagnóstico y control de la obesidad es completamente gratuita y la población puede acudir a cualquiera de los 364 centros de salud que hay en el estado para solicitar una cita y asesorías