El fin como esperanza: llamado pastoral a la conciencia social desde la rectoría del Señor de la Columna

by Enlace Noticias

En una homilía pronunciada en la rectoría del Señor de la Columna, el sacerdote Julio César Fajardo Aguilar abordó el tema escatológico del fin de los tiempos desde una perspectiva teológica, pastoral y social, enmarcando su mensaje en el contexto litúrgico del cierre del año eclesiástico y en la coincidencia con el llamado comercial del “Buen Fin”. La reflexión se centró en la necesidad de interpretar las lecturas apocalípticas con serenidad, evitando el sensacionalismo y el milenarismo, y reconociendo que el Apocalipsis, según San Juan, no es una predicción futura sino una revelación ya acontecida.

El sacerdote subrayó que la historia cristiana no es cíclica, sino lineal, orientada hacia su creador, y que el cosmos, el tiempo y la humanidad son criaturas que también tienen un fin. En ese sentido, advirtió sobre los riesgos de atribuir mensajes apocalípticos a figuras como la Virgen María, y citó el caso reciente de una supuesta aparición en Francia, revocada por el Vaticano, en la que se construyó una cruz luminosa bajo el argumento de una llegada inminente de Jesús.

Fajardo Aguilar hizo énfasis en la necesidad de discernimiento frente a mensajes alarmistas, recordando casos históricos como el suicidio colectivo de una secta en Estados Unidos, y alertó sobre la circulación de contenidos falsos en redes sociales que alimentan el miedo. Frente a ello, propuso una actitud cristiana activa, basada en el trabajo, la solidaridad y la construcción del Reino de Dios en lo cotidiano, citando la exhortación paulina: “El que no trabaja, que no coma”.

En su mensaje, el sacerdote también abordó el sufrimiento social, la violencia, la injusticia y la desesperanza que enfrentan muchas personas, especialmente migrantes, enfermos y víctimas de extorsión, señalando que la esperanza cristiana no se basa en la evasión, sino en el compromiso. “Hay que meter las manos al lodo”, dijo, aludiendo a la necesidad de actuar frente a las realidades dolorosas del mundo.

La homilía incluyó una crítica al turismo de guerra, fenómeno documentado en conflictos recientes, en el que personas de alto poder adquisitivo pagan por participar en escenarios bélicos. Fajardo Aguilar lo presentó como una muestra del deterioro ético global y como una razón más para clamar por la venida del Señor, no como evasión, sino como justicia esperada.

Desde una perspectiva pastoral, el sacerdote invitó a vivir el tiempo de Adviento como preparación interior, reconociendo que todo es pasajero excepto el amor y la presencia de Jesús. Citó la frase “yo debo pasar todo lo que pasa y quedarme con el que nunca pasa nada”, como síntesis de la actitud cristiana ante la incertidumbre.

La homilía concluyó con un llamado a no engancharse con las tensiones cotidianas, a mantener la estabilidad espiritual y a reconocer que, aunque el mundo cambie, la Eucaristía permanece como signo de continuidad y esperanza. En un tono reflexivo, Fajardo Aguilar recordó que el fin del mundo también implica el fin personal, y que la preparación para ese encuentro debe estar marcada por la fe, la acción y la confianza en que “ni un solo cabello de su cabeza perecerá”.

El mensaje, pronunciado en un contexto de aceleración informativa y crisis social, se convirtió en una exhortación a vivir con conciencia, a discernir con responsabilidad y a sostener la esperanza en medio de la complejidad contemporánea.

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