La propuesta de diálogo comunitario planteada por el arzobispo de Morelia, Carlos Garfías Merlos, hace varios meses, ha recobrado relevancia tras el lanzamiento del Plan Michoacpán, estrategia estatal orientada a la reconstrucción del tejido social.
El planteamiento fue presentado públicamente el 29 de junio, en medio de un contexto marcado por la persistencia de la violencia en regiones como Tierra Caliente, Zitácuaro y Huetamo. En ese momento, Garfías Merlos propuso adoptar un modelo inspirado en la experiencia de la Iglesia colombiana, particularmente en zonas como Cali y Buenaventura, donde se han desarrollado procesos de interlocución entre autoridades, actores sociales y comunidades.
“Ellos tienen una experiencia ya de diálogo y de transformación de realidad en algunas diócesis como San Buenaventura, como Cali”, declaró entonces el prelado, al destacar que la Arquidiócesis de Morelia mantiene vínculos con el episcopado colombiano para conocer de primera mano las estrategias que han permitido avanzar en procesos de pacificación.
La propuesta generó críticas iniciales por parte de diversos sectores, que cuestionaron la pertinencia de abrir canales de interlocución en un entorno marcado por la inseguridad. No obstante, Garfías Merlos sostuvo que el diálogo requiere preparación, formación y voluntad de colaboración entre todos los sectores involucrados.
En ese sentido, anunció la organización de talleres sobre mediación, solución de conflictos y acompañamiento a víctimas, dirigidos a obispos, sacerdotes y laicos. “Temas que pareciera que todo el mundo maneja, pero la verdad es que nos falta preparación y capacitación para poder implementar estos modos específicos”, reconoció.
El arzobispo también expresó su disposición personal para encabezar estos esfuerzos, en caso de que así lo solicite el episcopado mexicano. “Mientras me toque, sí. Y mientras los obispos de México me lo encomienden, con mucho gusto podría dar un paso adelante”, afirmó.
Aunque no se ha confirmado la incorporación formal de la propuesta episcopal al Plan Michoacpán, su enfoque ha sido retomado como una alternativa en el debate sobre mecanismos de pacificación en el estado. La Arquidiócesis de Morelia continúa promoviendo la conformación de comités municipales de paz, integrados por autoridades locales, líderes religiosos y representantes comunitarios, como espacios de coordinación y respuesta ante la violencia. El énfasis, según el arzobispo, debe centrarse en el diálogo, la corresponsabilidad y el acompañamiento a las víctimas.

