El sacerdote Alfredo Ramos destacó que la Iglesia católica mantiene una postura activa ante los desafíos contemporáneos, y subrayó que el reciente nombramiento del Papa León XIV representa una continuidad en la línea de apertura, diálogo social y compromiso con la justicia iniciada por su antecesor, el Papa Francisco.
En entrevista, Ramos señaló que desde el inicio del pontificado de Francisco, el Vaticano ha hecho esfuerzos por establecer un discurso directo con los laicos y jóvenes, sectores que tradicionalmente han demandado mayor inclusión en la vida de la Iglesia. A juicio del sacerdote, el nuevo liderazgo pontificio no representa un cambio de rumbo, sino una profundización en los temas sociales, económicos y de paz.
“El Papa Francisco fue un pastor que tendió puentes de comunicación con todos los sectores y estuvo preocupado por temas estructurales como la desigualdad económica y la necesidad de una distribución más equitativa de la riqueza”, comentó.
Sobre el nuevo pontífice, León XIV, el sacerdote destacó el simbolismo detrás del nombre elegido, que remite directamente a León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum, uno de los documentos fundacionales de la Doctrina Social de la Iglesia.
“El hecho de que haya tomado el nombre de León XIV es un mensaje claro. León XIII vivió una época de profundos conflictos sociales y económicos, y respondió con una propuesta desde el Evangelio. Su encíclica inspiró movimientos sindicales y la llamada socialdemocracia cristiana. León XIV parece dispuesto a retomar esa línea con un fuerte énfasis en la cuestión social y la paz mundial”, agregó Ramos.
El sacerdote consideró que este nuevo pontificado seguirá trabajando en abrir las puertas de la Iglesia a los problemas del mundo actual, buscando respuestas que partan del Evangelio para aportar a la transformación de las sociedades.
“El compromiso no es solo espiritual, sino también cultural y estructural. Se trata de llevar el Evangelio al mundo de hoy con una mirada que integre justicia, paz y participación”, concluyó.