Con un mensaje de esperanza y firme exhorto a mantener la fe y la escucha activa al pueblo de Dios, el padre Julio César Fajardo Aguilar ofreció este domingo una homilía cargada de simbolismos y llamados pastorales en la Rectoría del Señor de la Columna, en el marco del tercer domingo de Pascua.
Ante decenas de feligreses, el sacerdote aseguró que Jesús sigue “cerca de la barca de Pedro”, imagen con la que aludió al papel guía de Cristo en la Iglesia, aun en medio de turbulencias como las que vive actualmente el país y la propia comunidad eclesial. “El Señor está a un lado de esta barca que aparece movida por las aguas y los vientos, pero ahí está Él, sosteniéndola”, expresó.
Fajardo criticó los sensacionalismos y la sobrevaloración de voces ajenas a la fe católica: “Entre López-Dóriga y Aristegui van a elegir al próximo Papa, ¿verdad?… como si su opinión valiera más que la de la Iglesia”, ironizó, provocando risas entre los asistentes.
Entre las enseñanzas clave de su predicación, destacó tres ideas: la cercanía de Jesús en momentos de incertidumbre, la necesidad de escuchar con humildad, y el amor como condición para el verdadero servicio pastoral. Citó el Evangelio en que Jesús llama a Pedro a “apacentar a su pueblo” y reflexionó: “Si no hay amor, no hay servicio… Si nosotros pastores no amamos a nuestras comunidades, ¿cómo vamos a alimentarlas?”.
Narró también una experiencia durante una mesa de trabajo en la Conferencia del Episcopado Mexicano, donde un joven de Xochimilco impactó a los obispos al decirles que “lo que ustedes necesitan es valor y coraje para defender a su pueblo”, lo que calificó como un momento donde “el Espíritu Santo habló”.
“Jesús aparece en tierra firme”, recordó el sacerdote, al destacar que la fe da estabilidad en un mundo acelerado y cambiante. “Lo que pisamos con Cristo no se tambalea, no se hunde”, aseguró.
La homilía cerró con una invitación a reconocer la acción de Dios en medio de la vida cotidiana: “Cuando el milagro ocurre, cuando lo imposible se vuelve posible… digamos como Juan: ¡Es el Señor!”.